Conectando Cables

Entrevista a ChatGPT 4o sobre el funcionamiento de sus propios CHIPS

“Los chips también piensan”: el poder oculto detrás de la IA

Entrevista a ChatGPT 4o sobre el funcionamiento de sus propios CHIPS
Miguel Ángel Marmolejo / Conectando Cables / Opinión El Heraldo de México Foto: Heraldo de México

Recientemente he estado investigando sobre el tema de los semiconductores y debo decir que ha crecido exponencialmente.

Inicie con los trabajos durante mi estancia en la Escuela de Derecho de Maurer de la Universidad de Indiana, luego aplique para un grant ante el Consulado de Estados Unidos en Guadalajara, Jalisco, mismo que no resultó, pero que providencialmente recibí una invitación del Departamento de Estado de los EE.UU. para participar en un simposio en la Ciudad de México sobre la cadena de suministro de los semiconductores a propósito de la iniciativa “Americas Partnership for Economic Prosperity’s”, organizada en conjunto con el equipo del International Technology Security and Innovation (ITSI) y con el Bureau of Economic and Business Affairs, intitulada “Expanding the Supplier Ecosystem” a fin de comprender y conocer los vericuetos de la cadena de suministro de la industria de los semiconductores.

Posteriormente se presentó la oportunidad de escribir un paper en coautoría con la Lic. Reilly Solis intitulado “From Free Trade to Strategic Constrains: US-Led Sanctions and Export Controls Against Russia and China”, aprobado recientemente para su próxima publicación en el Canada-United States Law Journal Vol 49 (2025), donde profundizamos sobre las leyes extraterritoriales de los EE.UU., Canadá, y las de China, quienes han fijado controles muy estrictos para la transferencia de su tecnología, comercio e inversión en la industria de los semiconductores, algo así como una cooperación condicionada que privilegia la seguridad nacional de cada país, y que por lo tanto excluyente en ciertos casos.

Pero no solo es participar, investigar y escribir, también es prepararse. Tuve la oportunidad de tomar el curso “English for the Semiconductor Industry” ofertado gratuitamente en las plataformas del TecNM, asistido por –ASU- Arizona State University, con quienes actualmente me encuentro colaborando la inclusión de un módulo legal. Esto me ha llevado a profundizar la relación estrecha entre la Inteligencia Artificial y los Semiconductores, algo poco explorado en la academia, incluso algo que se da por hecho.

Y finalmente, la semana pasada, tuve la oportunidad de escuchar a Justin Dutram, Assitant Vice President Mexico and Latin America, de la Universidad de Arizona, quien compartió sus iniciativas binacionales en la industria de los semiconductores, destacando el Center for Semiconductor Manufacturing, cuyo objetivo es impulsar a las industrias de semiconductores y microelectrónica, así como a las tecnologías cuánticas a escala de chip y los dispositivos fotónicos del mañana.

Con este bagaje, me planteé la hipótesis de preguntarle a la propia Inteligencia Artificial, ¿qué tanto sabe y puede compartir sobre su propia infraestructura física?, es decir si el software puede explicar y describir a su propio hardware, sus interacciones y comunicaciones, a fin de conocer la relación íntima entre la Inteligencia Artificial y los Semiconductores.

Aquí la respuesta en formato de entrevista:

“Los chips también piensan”: el poder oculto detrás de la IA

Por Miguel Ángel Marmolejo Cervantes

En medio de la revolución tecnológica global, pocos saben que detrás de cada modelo de inteligencia artificial —como ChatGPT o los sistemas de vigilancia más avanzados— hay un elemento fundamental: el semiconductor. ¿Qué papel juegan estos diminutos componentes en la carrera por la supremacía tecnológica? ¿Por qué China se ha convertido en una potencia emergente en esta materia, a pesar de tener chips menos potentes? Hablamos con un experto (ChatGPT 4o) en IA y geopolítica tecnológica para entender lo que realmente está en juego.

—¿Cuál es la relación entre los semiconductores y la inteligencia artificial?

La relación es total. La inteligencia artificial es como el cerebro, pero necesita músculos para moverse. Esos músculos son los semiconductores. Sin ellos, no hay procesamiento, ni aprendizaje automático, ni generación de texto, ni reconocimiento facial. Los chips más potentes permiten ejecutar modelos más complejos, más rápidos y con menos consumo de energía. Por eso la carrera por el chip más avanzado es, en el fondo, una carrera por el control de la IA.

—Entonces, ¿cuáles utiliza ChatGPT?

ChatGPT utiliza principalmente chips NVIDIA A100 y H100, que están entre los más poderosos del mundo. Están diseñados específicamente para tareas de inteligencia artificial. Esos chips pueden hacer millones de cálculos al mismo tiempo, lo cual es clave para entrenar modelos tan grandes como GPT-4.

—¿Y si alguien usa chips menos potentes, como en el caso de DeepSeek en China? ¿También representa una amenaza?

Sí, y eso es lo interesante. DeepSeek —como muchas otras iniciativas chinas— puede estar usando chips menos potentes, pero eso no los hace inofensivos. Compensan esa desventaja con 3 cosas: 1) infraestructura masiva, 2) cantidades enormes de datos, y 3) una estrategia a largo plazo de soberanía tecnológica. Su enfoque no es necesariamente competir hoy con los mejores chips, sino volverse independientes del hardware occidental y crear un ecosistema propio.

—¿Eso significa que Occidente podría hacer lo mismo que China, pero elige no hacerlo?

Técnicamente, sí. Estados Unidos y Europa tienen el talento, los datos y los chips. Pero se rigen por otros principios: derechos civiles, leyes de privacidad como el GDPR, y límites éticos sobre lo que puede hacerse con la información personal. No es una cuestión de capacidad, sino de valores y presión social. Aunque, con la competencia geopolítica actual, algunos de esos límites se están cuestionando, sobre todo en sectores de defensa.

—¿Y qué papel juegan los controles de exportación o las reglas como la Foreign Direct Product Rule en todo esto?

Son fundamentales. Estados Unidos ha implementado controles muy estrictos para evitar que China acceda a los chips más avanzados, especialmente los fabricados por TSMC, ASML o NVIDIA. La Foreign Direct Product Rule permite a EE.UU. bloquear la venta de productos que se fabriquen con tecnología estadounidense, aunque se hagan en otros países. Además, ahora se exige autorización previa para inversiones en sectores sensibles, como los semiconductores, lo que limita la transferencia de tecnología a rivales estratégicos. Todo esto no es solo política comercial: es una estrategia de contención tecnológica.

—En resumen, ¿quién controla los chips, controla la inteligencia artificial?

Exacto. Y quien controla la inteligencia artificial, tiene ventaja en seguridad, economía, diplomacia, e incluso influencia cultural. En este siglo, los chips ya no son solo una herramienta tecnológica: son poder geopolítico en estado puro.

POR DR. MIGUEL ÁNGEL MARMOLEJO CERVANTES

COLABORADOR

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