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Desaparecidos

La desaparición es la imposibilidad del duelo por una pérdida lastrada con el dolor de la incertidumbre

Desaparecidos
Carlos Bravo Regidor / Radar de libros / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Desaparecidos” (Turner, 2023) es una exploración de los desdoblamientos que experimenta la identidad del “desaparecido” más allá de su origen histórico durante las dictaduras latinoamericanas de los años setenta y ochenta. 

Desaparecidos pueden ser, en efecto, las víctimas jamás encontradas tras la guerra sucia en Argentina –es el caso, de hecho, del padre, la hermana, el cuñado y un primo del autor–; pero también los descendientes de haitianos a quienes República Dominicana condena a vivir en condición de apátridas; los migrantes que naufragan y nadie rescata en el Mediterráneo; los cuerpos que llenan las “narcofosas” o que se disuelven en los tambos de “pozoleros” en México; los niños robados en la España franquista; los uigures que se “esfuman” en los campos de internamiento de China o los niños indocumentados que se “pierden” en los laberintos burocráticos de la política de separación familiar en Estados Unidos; los indigentes muertos en Brasil; los desplazados por la violencia, el clima o la marginación en tantas comunidades del “sur global” y de los que ya nunca vuelve a saberse nada; etcétera. No es un problema sólo del pasado, nacional ni regional: es un fenómeno a un tiempo histórico, contemporáneo y global.

Gabriel Gatti (Montevideo, 1967) propone visibilizar la diversidad de experiencias que pueden aglutinarse en el término “desapariciones” más allá del ámbito tradicional de la represión por parte de las fuerzas del Estado, dando cuenta de cómo las violencias estructurales, las crisis humanitarias y la desigualdad extrema generan igualmente sus propias “cartografías del abandono”. Parte crónica, parte ensayo y parte ciencia social, Gatti alterna entre distintos tonos y registros conforme avanza, acompañando la cambiante fisonomía del tema que lo ocupa: “el cuento que necesita la desaparición, una realidad de planos superpuestos, visible a ratos pero a pocos, esquiva y multiescalar, planetaria, no puede más que estar hecho de trozos como esos”.

Gatti recurre, asimismo, a multitud de fuentes (e.g., testimonios, cifras, documentos oficiales, entrevistas, etnografía, novelas, cine) para sustanciar esa visión poliédrica de los desaparecidos, aunque siempre articulada en torno al relato sensible de lo que implican la ausencia, el vacío, la imposibilidad del duelo por una pérdida lastrada con el dolor adicional de la incertidumbre. Y, en demasiadas ocasiones, también con la indiferencia de sociedades que se acostumbran o normalizan la crueldad que entraña esa vivencia traumática, hasta el grado de consentir la ignorancia, el olvido o incluso el borramiento deliberado de su memoria, la desaparición de los desaparecidos.

México ocupa un lugar de escalofriante relevancia en los mapas que traza esta “sociología para la vida hecha pedazos”. Es el espacio que hace las veces de epicentro, un lugar donde el abultado repertorio de todos los significados posibles de desaparecer, conocidos e inimaginables, se desborda. Aquí “la desaparición ya no se refiere hoy a lo que le pasa a las vidas y a los cuerpos de los enemigos políticos sino a otros que son tan otros, tanto, que están totalmente fuera de nuestra esfera de aparición, que no existen para nuestros registros de lo común, lo compartido, de la vida. Zombis, bichos, seres de frontera, invisibles, gente sin mapa. Desaparecidos de todo”.    

POR CARLOS BRAVO REGIDOR

COLABORADOR

@carlosbravoreg

MAAZ

 

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