En este paseo en la montaña rusa a la que Trump se empeña en subir a buena parte del mundo, México ha sido colocado en el asiento delantero para recibir las más fuertes presiones que ofrece el viaje. Es importante estructurar los retos para plantear tanto las acciones de respuesta como, sobre todo, la estrategia de largo plazo en beneficio de los intereses de nuestro país.
Señalar la dicotomía de ventajas y desventajas de nuestra vecindad geográfica con la principal potencia del mundo es parte integral de nuestra historia y eso no va a cambiar mayormente, tanto por el destino geográfico como por la relación comercial, la vinculación cultural y la demográfica. Por ejemplo, pese al notorio racismo del gobernador de Texas, no hay futuro en el corto plazo para ese estado si la vinculación fronteriza se congela. Cada día la frontera entre ambos países ve cruzar legalmente en ambos sentidos a casi un millón y medio de personas. Casi dos mil millones de dólares se comercian entre México y Estados Unidos, ¡cada día! Tan sólo dos elementos que ilustran la relevancia de nuestro intercambio bilateral.
Son tres las sombras oscuras que se ciernen sobre México y muchos otros países: la migración y drogas; las relaciones comerciales y finalmente, las ambiciones imperiales de una democracia en contradicción.
Las dos primeras son conocidas, previsibles y negociables. Se resentirá los aranceles y se balanceará con acciones similares y en unas semanas se confirmará que una guerra comercial es en detrimento de ambos países y que los efectos inflacionarios en general y el impacto en sectores específicos, como los agricultores de Iowa o nuestra producción automotriz, son una costosa realidad bilateral. Podría ser una situación tensa de corto plazo que debe de llevarnos a la mesa de negociaciones. Será fundamental evitar la contaminación con otros temas y centrarse en lo comercial en esa discusión.
Por supuesto, Trump y los suyos tratarán de condicionar los temas económicos a la migración y al tráfico de drogas. El conjunto de temas tiene hoy una estructura propia e interlocutores especializados. Podemos aceptar varias mesas simultáneas, pero no todo junto. Es un tema de estrategia de negociación y el primer paso es consolidar a los interlocutores que van a negociar y sentarse, a hacerlo con el mayor control posible, a no entrar a debatir en los espacios públicos, más allá de la necesaria información social.
Migración y narcotráfico son temas de seguridad, tanto sus adictos muertos cotidianamente por consumo de cualquier sustancia que les altere, como los flujos migrantes auspiciados por tratantes de personas de muchas partes del mundo (¿o cómo llegan migrantes de regiones desérticas de África a México para cruzar a Estados Unidos si no es mediante redes estructuradas?) Para Estados Unidos México ha sido, especialmente después de la Segunda Guerra, una frontera sanitaria que les protege de la llegada de enfermedades, por ello grandes campañas en el campo mexicano contra la fiebre aftosa en los cuarenta y cincuenta, por ejemplo.
También hay un aliado que les ahorra invertir en gasto militar en su frontera, como lo hacen para salvaguardar, por ejemplo, Taiwán. Entre muchas razones para tener un buen vecino en el sur.
Por ello, un México inestable e inseguro no les conviene. Les preocupan sus adictos, sin duda, pero más el regular económicamente el flujo de migrantes y mantener al crimen organizado fuera de ese y otros negocios. Buscan reducir, regular, controlar y mantener a los roedores fuera de sus casas.
La sombra realmente complicada es la evidencia de que la democracia en América está en peligro, que el modelo político cede cada día más ante el empuje y ambición imperial que siempre estuvo en el ánimo de muchos estadounidenses. Sólo la solidez de su sistema político/burocrático podrá mediante las leyes detener muchos de los intentos expansionistas, racistas e impositivos que tanto entusiasman a los votantes de Trump y el cliché de extremistas que ha puesto en su gobierno.
Hacer amigos, diversificar nuestras relaciones y pugnar por la vigencia del derecho, deberían ser nuestras acciones iniciales ante las sombras que nos acechan.
POR DAVID NÁJERA
EMBAJADOR DE MÉXICO, ACTUALMENTE PRESIDE LA ASOCIACIÓN DEL SERVICIO EXTERIOR MEXICANO A.C.
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