Comencemos diciendo que la autoestima es una construcción simbólica personal que realizamos en la infancia con la posibilidad de moldear a lo largo de la vida. Está compuesta de una imagen corporal y un esquema mental que se realiza a partir de la valoración que hacemos de nosotros mismos, influenciada de lo que nos dicen la familia, amigos, maestros, jefes y de la evaluación y valoración que hacemos con respecto a lo que pensamos, sentimos y hacemos.
Hay tres niveles de autoestima
- 1 AUTOESTIMA BAJA
Se construye a partir de las críticas o descalificaciones que nos hacen o dicen las personas importantes, con lo que terminamos considerando, lo que pensamos, sentimos, hacemos y decimos que es ineficiente, tonto, ridículo, torpe, no atinado, etc. La persona con baja autoestima se experimenta como insuficiente, ineficiente o inadecuada; le es difícil establecer límites de protección, por ello puede verse envuelta en situaciones de violencia, impulsada desde la necesidad de recibir aceptación.
- 2. AUTOESTIMA INFLADA
La persona considera que lo que piensa, siente y hace es correcto y que se merece todo lo que desea. Se considera bello y perfecto/a, no es capaz de aceptar cuando se equivoca, cuando recibe críticas no las acepta, pues cree están motivadas por la envidia. No identifica, ni respeta los límites, su comportamiento puede ser violentador.
- 3. AUTOESTIMA EN EQUILIBRIO
La persona considera que lo que piensa, siente y hace a veces es correcto y a veces no, reconoce cuando se equivoca y está dispuesta a corregir, aprender, seguir experimentando y reparar los errores. Recibe las críticas como oportunidad para mejorar, reconoce y respeta sus límites y los de otros, sabe protegerse, se aleja si lo considera adecuado.
Veámoslo con los siguientes ejemplos.
AUTOESTIMA BAJA. De pequeño, sus padres, cuidadores, maestros le repetían constantemente que era tonto, flojo, torpe. Ahora de adulto dedica gran esfuerzo para concentrarse en sus labores; cuando lo logra, derrama el café sobre el trabajo que está a punto de terminar. Como forma de reafirmar sus creencias, además se dice constantemente que es torpe.
AUTOESTIMA INFLADA. De niño le decían que era el más guapo/a e inteligente, cuando cometía errores se los festejaban y repetía constantemente que merecía todos los premios del mundo. De adulto infla el resultado de sus logros, la crítica la recibe como ataque a su persona, se molesta y distancia. Si le es posible, busca ejecutar venganza.
AUTOESTIMA EQUILIBRADA
En la infancia le enseñaron que equivocarse era normal cuando se está aprendiendo a hacer algo nuevo y le aplaudían los logros que alcanzaba. Ahora, de adulto, sabe que cuando hace o dice algo incorrecto es adecuado reconocerlo y corregirlo, acepta y disfruta los halagos cuando los recibe, reconoce sus fortalezas y áreas de oportunidad.
Estrategias útiles para ayudar a equilibrar la autoestima.
1. Haz una lista de tus logros, ayuda a que te autoreconozcas.
2. Haz una lista de lo que sabes y disfrutas hacer. Estas, son tus fortalezas
3. Haz una lista de lo que no sabes hacer y decir y te gustaría aprender. Estas son tus debilidades y áreas de oportunidad para mejorar.
POR MARÍA ISABEL ROMERO LÓPEZ
MAESTRA EN PSICOLOGÍA CLÍNICA INTEGRATIVA
PAL