A tres años de la invasión rusa a Ucrania, sigue muy incierto el desenlace que tendrá la guerra que Rusia comenzó el 24 de febrero de 2022 contra el pueblo ucraniano, violando el derecho internacional y causando muertes y destrucción. La determinación de Donald Trump para finalizar la guerra no es garantía del fin de la contienda. De hecho, hay tres escenarios posibles: 1) la continuación de la guerra de desgaste, con un futuro incierto y apoyo de Europa; 2) un acuerdo forzado a favor de Rusia, que en unos años podría regresar a atacar; 3) un acuerdo duradero, con garantías y mecanismos para impedir futuras agresiones rusas.
En las últimas semanas, el presidente estadounidense logró satisfacer algunas demandas de Rusia, a la que prometió la no entrada de Ucrania en la OTAN, el no regreso a las fronteras de 2014 y varias cosas más, sin que iniciaran las negociaciones ruso-ucranianas. Lo que no consiguió fue la aceptación por Ucrania, en su versión original, del acuerdo sobre el acceso de EUA a los minerales ucranianos de tierras raras como pago por ayuda, ni la adhesión ciega a la manera “trumpiana” de finalizar la guerra. Tampoco se preocupó mucho por los europeos, que han jugado un papel relevante en estos tres años.
Según el Kiel Institute, Europa apoyó a Ucrania con ayuda militar (62 mil millones USD), casi equivalente a la de EUA (64 mil millones USD), y con ayuda financiera y humanitaria (70 mil millones USD), que fue mayor que la estadounidense (50 mil millones USD). Esto sin contar los dieciséis paquetes de sanciones de la UE contra Rusia, la acogida de refugiados ucranianos y la aceptación de Ucrania como candidata a la UE.
No cabe duda de que el repentino acercamiento de Trump a Putin, un nuevo “reset”, ha generado un terremoto en Europa. Muchos se han preguntado si lo que hace Trump es una estrategia de negociación o el inicio de un distanciamiento/ruptura con Ucrania y Europa, a favor de nuevas relaciones con Rusia en un mundo de rivalidad con China. La mayoría considera que se trata de lo primero, aunque se preparan también para lo segundo y empiezan a trazar un nuevo camino para la seguridad en Europa.
Europa se está militarizando y fortaleciendo sus capacidades de defensa, y seguirá haciéndolo porque nadie confía en Putin. En caso de que el presidente estadounidense decida sacrificar a Ucrania y/o dinamitar a la OTAN, muchos europeos contemplan crear una especie de unión europea de defensa, o una OTAN europea, abierta a los miembros de la UE, el Reino Unido, Noruega y otros países. Todos buscan entendimiento con Trump, pero ven la posibilidad de “no ir por el mismo camino” que los EUA en el tema de Ucrania.
El destino de Ucrania seguirá siendo un elemento clave para determinar el futuro de las relaciones internacionales a nivel europeo y global en los próximos años. La guerra de Rusia en Ucrania no desaparecerá pronto de la agenda, a pesar de que el presidente Trump la quiere quitar a la fuerza de su lista como un asunto solucionado.
POR DRA. BEATA WOJNA
PROFESORA DE RELACIONES INTERNACIONALES
INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY
@BEATAWOJNA
PAL