El nepotismo es la utilización de un puesto para nombrar a familiares o amigos en determinados empleos o concederles otro tipo de favores, independientemente de su capacidad. Esta práctica arraigada en la política mexicana al igual que otros flagelos como la corrupción, el amiguismo o el narcotráfico le ha causado mucho daño a nuestro país.
Quién no recuerda al folclórico expresidente José López Portillo en el sexenio 1976-82, quien fuera más famoso por sus ocurrencias, excesos y dichos, que por sus hechos.
En su sexenio hubo de todo, empezando por una crisis de la deuda pública como consecuencia del manejo caprichoso e irresponsable de la riqueza como patrimonio nacional, en especial generada por el petróleo. De ahí su frase; “ahora habrá que prepararse para administrar la abundancia”.
Después de que nos saqueó, todavía se dio el tiempo y el descaro para decir que defendería el peso “como un perro”. Pero sin temor a equivocarnos una de sus frases célebres que lo retratan como lo que fue, un expresidente frívolo, inmoral y corrupto, fue la que utilizaba al referirse al papel que desempeñaba su hijo dentro de la administración pública federal.
Su hijo, José Ramón, formaba parte del gabinete ampliado, lo que evidentemente le daba poder e influencia, todo con el visto bueno de su padre.
El entonces presidente López Portillo lo llamó “el orgullo de mi nepotismo”, con total cinismo y naturalidad. Incluso, con su hermana Margarita, hizo lo mismo al nombrarla directora de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC).
Esta practica es necesaria desterrarla de una buena vez de la política mexicana, por ello la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo envió al Congreso de la Unión dos iniciativas de reforma: la no reelección a ningún puesto de elección popular y la prohibición expresa de que ningún familiar pueda suceder de forma inmediata a otro.
Ello fue anunciado por la presidenta en Querétaro, al encabezar la ceremonia del 108 aniversario de la promulgación de la Constitución de 1917, argumentando que la lucha por la democracia y la corrupción es un asunto de principios.
Esto no es nuevo ni exclusivo del PRI de José López Portillo. También en el PAN esta arraigada la política del nepotismo, recordemos al matrimonio poblano de Martha Erika Alonso y Rafael Moreno Valle. Mientras que Moreno Valle asumió como gobernador de Puebla en 2011, su esposa lo hizo en 2018 durante diez días debido a su lamentable fallecimiento.
Con la reforma propuesta por la Presidenta de México se deberá enterrar la aspiración del senador Félix Salgado Macedonio a la gubernatura de Guerrero.
Independientemente de la reforma, Félix Salgado si tuviera tantita vergüenza y congruencia nunca debió aspirar a suceder a su hija en el cargo. Sin embargo, de aprobarse la iniciativa ahora la prohibición será expresa y no podrá hacerlo, ya que esta entraría en vigor en 2027, año en el que tendrá lugar la elección en Guerrero.
Así que no es privativa esta práctica de un partido político, al parecer es parte de la naturaleza humana, por lo menos en nuestro país, y sí, ya es hora de que desterremos esta forma corrupta de hacer política en México.
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