La humanidad atraviesa momentos difíciles, cruzamos una etapa obscura, con millones de jóvenes nacidos en este siglo que han emprendido una huida de su propia identidad. Han perdido el sentido de la realidad, encontrando nuevas formas virtuales a las que acceden a través de una patología tecnológica que los aleja de los valores fundamentales de la existencia.
El objetivo central de su vida parece perdido en un mundo tecnológico que les ha privado la capacidad de identificar sus esperanzas y su destino.
Este escape tiene dos caminos distintos, por una parte la utilización exagerada de los instrumentos lúdicos a los que tienen acceso a través de las redes sociales. La otra vía ha sido el consumo de alcohol y de drogas que los vincula al crimen y al delito.
Los valores morales de nuestro tiempo se han abandonado y solo existe una meta que consiste en la acumulación del dinero.
Por eso el fracaso de los sistemas políticos, no es una causa si no un efecto de la grave crisis que atraviesa el capitalismo, que en un principio constituyo un baluarte ideológico de libertad y de igualdad, y que con el tiempo se ha transformado del capitalismo industrial, al capitalismo financiero y de este al capitalismo de una nueva plutocracia, fincada en el abuso del desarrollo tecnológico.
La bancarrota de la Democracia conduce a sistemas autoritarios con sentido populista, carentes de un verdadero contenido ideológico. El resultado de todas estas graves circunstancias ha sido propiciado por la manipulación de una minoría que ha concentrado el poder y el dinero de manera exponencial.
En la toma de protesta del Presidente Trump se reflejó esta economía concentrada ahora en manos de los grandes magnates de la comunicación, de la cibernética y de la inteligencia artificial. El contraste entre este pequeño grupo y los millones de migrantes que cruzan las fronteras en busca de trabajo y pan es francamente inadmisible.
Hoy más que nunca el pensamiento profundo, que tiene que ver con la Filosofía, el Derecho y la Sociología, es el único faro de esperanza que debe de encenderse para que el género humano recupere sus ambiciones y sus valores.
El paradigma del valor se transformó y la producción de mercancías ha sido sustituida par una especulación que conduce irreversiblemente a esa concentración absurda de la riqueza mundial.
En México tenemos un legado histórico y cultural que debe de prevalecer para mantener firme la posibilidad de un destino mejor. No podemos abatirnos frente al crecimiento del crimen y de esta concentración irracional de los bienes públicos y privados, por ello enfrentar el panorama que hoy parece abrumarnos es un imperativo categórico.
Podemos y debemos resolver, cuando menos palear, los efectos de la migración, restituir a la producción de bienes y servicios su razón fundamental, y combatir con todo nuestro esfuerzo a ese mundo criminal, que hoy parece dominar gran parte de nuestro territorio.
El nuevo Gobierno Estadounidense quiere retomar las viejas prácticas imperiales del Destino Manifiesto y de la Doctrina Monroe, a través de un nacionalismo anacrónico. La realidad, es que no han podido resolver el tema del progreso y la distribución, y hoy pretenden fincar su futuro en un pasado extinguido por la Historia.
El género humano tiene en el pensamiento profundo y en valores fundamentales un camino que retomar para superar estos tiempos obscuros; solo la inteligencia y la razón serán las armas para retomar el camino. Lo más importante es que la reflexión no nos abata en el pesimismo, sino que nos ensanche los caminos de bienes morales superiores. Las maquinas son un medio y no un fin.
La inteligencia humana jamás podrá ser sustituida, pues en ella están los instrumentos del gran desarrollo cultural y material que han cambiado para bien los instrumentos de la producción. Lo importante es entender que la distribución de la riqueza y la satisfacción de los bienes como la educación, la salud, la seguridad, son valores supremos que nunca podemos ni debemos abandonar.
POR ALFREDO RÍOS CAMARENA
CATEDRÁTICO DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNAM
PRESIDENTE DEL FRENTE UNIVERSITARIO LATINOAMERICANO (1958-1962)
VICEPRESIDENTE DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE GEOGRAFÍA Y ESTADÍSTICA
MAAZ