Llamada de atención para la Liga MX. Aunque nos cueste la vida, habrá que buscarse, con desprecio de Conmebol y hostilidad incluida, el regreso a sus competiciones. El último gran referente del balompié mexicano que vino del extranjero, André Pierre-Gignac, que se presentaba como segundo goleador de la liga francesa, tuvo como principal motivo venir por la Copa Libertadores, para tratar de ganarla.
El torneo más importante del continente que seduce a más jugadores del otro lado del atlántico. Recientemente Ander Herrera, o Iker Muniain, dos ibéricos que estuvieron en la élite engrosarán las filas de dos combinados argentinos, en gran parte, por esa pasión que supone disputar este tipo de certámenes.
Tigres pudo armar su equipo de época, porque era fácil seducir a grandes jugadores. Ahora es más fácil buscar el futbol pampero o brasileño.
Ante la irrupción del nuevo Mundial de Clubes, teníamos la incógnita, más que justificada, de sí esta competición veraniega podía atraer a figuras de talla internacional a nuestro circuito, y ya explotó la bomba.
Rayados, quizá con mayor antelación, pero ya sabiéndose dentro, persuadió a Sergio Canales, cuya carrera ha sido importante en la élite; Lucas Ocampos, recién desempacado del Sevilla o el mismo Tecate Corona, que quizá no ha dado lo que se esperaba, pero provenía también del otro lado del Atlántico. Pachuca ha traído a John Kennedy, una promesa importante del futbol carioca o Salomón Rondón, seleccionado vinotinto que ha tenido grandísimas actuaciones desde su llegada. Oussama Idrisi que también ha presumido experiencia con su escuadra nacional.
Pero el que definitivamente rompió el mercado, es el León. Ya dicho por él, viene a disputar el Mundial de Clubes para volver a ser la estrella de la selección Colombia. Hablamos de James Rodríguez, quien ya se puso la camiseta de los guanajuatenses. Si bien su carrera fue algo dual en cuanto a rendimiento, lo que es capaz de aportar cuando realmente se enfoca es espectacular.
Con sus altas y bajas, logró tener una trayectoria de 482 partidos, colaborando directamente en 273 goles sin ser un centro delantero, números que envidiaría cualquiera. Para la Liga MX son registros altísimos. Prácticamente en uno de cada dos partidos aparecerá la figura cafetalera.
Quizá la última gran estrella colombiana arribó a nuestro país habiendo jugado para el Real Madrid, donde fue protagonista, el Bayern München o el Everton, sólo por citar algunos. Señores, es una realidad. La posibilidad de disputar una Copa del Mundo en este nuevo formato atraerá más astros futbolísticos que pudiesen elevar el nivel de nuestro circuito. No nos esperemos a que cada cuatro años los podamos tener sólo para jugar esta copa. Regresemos a Sudamérica para que así este tipo de bombazos sean más recurrentes.
POR JOSÉ EDUARDO IGA
TITULAR DE ARREBATO DEPORTIVO EN EL HERALDO RADIO TORREÓN
@JOSE_IGA
EEZ
