La inminente Reforma Judicial en México ha generado inquietudes, principalmente en los gobiernos de Estados Unidos (EU) y Canadá, quiénes por medio de sus representantes, los embajadores Ken Salazar de EU y Graeme C. Clark de Canadá han externado dichas preocupaciones al Gobierno Federal.
Ante las declaraciones de los embajadores, se indicó una “pausa” dirigida a los responsables. Si bien estas pausas no cuentan con validez jurídica ni forman parte de la práctica diplomática de ningún país, se han convertido en una figura recurrente para responder sin caer en una ruptura definitiva con quien sea el país o países involucrados; ejemplo de ello fue España, luego Perú y ahora EU y Canadá.
Desde el punto de vista pragmático las declaraciones y no reclamaciones (dos cosas muy distintas) de ambos embajadores tienen un respaldo fundado.
En la relación comercial México-EU en 2023 México se consolidó como el primer socio
comercial de Estados Unidos con una participación de 15.7% en el total de intercambios de mercancías, esto por encima de Canadá (15.3%) y China (11.1%), segundo y tercer puestos, respectivamente. Y por su parte México ha incrementado sus exportaciones en 4.3%, equivalente a 356,252 millones de dólares (MDD). En 2024, el intercambio comercial asciende a un total de 799 mil MDD, aunados a los 13,717 MDD de inversión extranjera directa (IED) y 16,639 MDD en la recepción de remesas.
La relación México-Canadá ha crecido desde la entrada en vigor del entonces TLCAN ahora TMEC, lo cual significó que este cerrara en 2023 con 55 mil millones de dólares canadienses, convirtiéndose México en el tercer socio comercial más importante de Canadá, por debajo de EU y China.
Aunado a lo anterior la IED canadiense ascendió en el periodo enero-junio 2024 a 2,408 MDD y México obtuvo un total de 300 MDD en la recepción de remesas. Si tomamos en cuenta el TMEC y el intercambio comercial trilateral, más allá de las distintas disputas y enfocándonos a lo puramente comercial y económico el impacto del tratado superó en dos años un valor total de intercambio de 1.5 billones de dólares.
Cualquier país o empresa que tenga actividad económica en otro país, buscará la garantía de
certidumbre política y económica; en el momento que esta se vea amenazada, por el factor que sea, es lógico que externe su preocupación, pues son los representantes (embajadores) los encargados de mediar la situación del gobierno que representan con el gobierno local, siempre velando por el bienestar de ambos.
Con la interdependencia económica y comercial de los tres países, más que pausar las relaciones e ignorar las preocupaciones deberíamos buscar la manera, si es lo que se desea y si es el camino a seguir, de hacer ver a ambos países que, independientemente de la coyuntura política del país esto no pondría en riesgo la relación económica y comercial o la de sus empresas establecidas en el país, Insisto si esto es el camino a seguir.
En la pausa, todos salimos afectados.
POR PABLO BEJARANO TORRECILLAS
INTERNACIONALISTA EGRESADO DE LA FACULTAD DE ESTUDIOS GLOBALES
@PABLO_BEJARANOT
PAL