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Putin domina a la fiera

Putin, que tiene fama de hacer esperar a quien sea, primero fue a una reunión con empresarios rusos, antes de regresar al Kremlin

Putin domina a la fiera
Israel López Gutiérrez / Orbitando / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Resulta raro y casi increíble que no haya hecho escándalo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, después de que su homólogo de Rusia, Vladimir Putin, lo hiciera esperar más de una hora para poder entablar una llamada telefónica, en el marco de la negociación por un alto el fuego en Ucrania.

Putin, que tiene fama de hacer esperar a quien sea, primero fue a una reunión con empresarios rusos, antes de regresar al Kremlin para llamar a su mediático homólogo estadounidense, quien medianamente expresó su desacuerdo por la demora. ¡Ese no es el Trump abusivo que el mundo tiene que soportar!

Más allá de hacerlo esperar, una hora después de la llamada con Trump, tras una descafeinada propuesta de acuerdo para no atacar la destruida infraestructura eléctrica ucraniana, las tropas rusas realizaron una nueva ofensiva con drones y misiles sobre edificios residenciales en toda Ucrania.

Poco o más bien nada ha cambiado tras la conversación entre el presidente de Estados Unidos y su par ruso, lo que representa un revés a todas luces para Trump, quien se comprometió a terminar con ese conflicto en 24 horas. Súmele que Putin tiene prestigio de ser un domador de fieras y cazador de osos.  

El jefe del Kremlin, aunque parezca que no, humilló al irreverente Trump, sin siquiera despeinarse. Por mucho menos, el mandatario estadounidense maltrató semanas antes en la Casa Blanca al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, lo trató como si fuera un apestado, mal agradecido y le cerró la puerta en la cara. 

Más aún, llevó a su patiño vicepresidente J.D. Vance para que empezara la bronca con Zelenski. De a poco, el magnate va enseñando su verdadera esencia.

Entre el deseo carroñero de Trump de apoderarse de lo que sea en Ucrania, léase, minerales o infraestructura energética, y los planes expansionistas de Putin, este último impuso su voluntad y condiciones, pese a que en su invasión diario se brinca las reglas, lo mismo le da atacar objetivos civiles o secuestrar niños.  

Lo que se dijeron y acordaron Trump y Putin es, en su mayoría, un misterio. Se sabe lo que han querido hacer público, que dicho sea de paso es ridículo, sobre todo si el fin es una paz duradera en Ucrania.  

Aparte de una tregua a los sistemas eléctricos de Ucrania, sólo se sabe que Putin y Trump están dispuestos a organizar un partido de hockey entre sus selecciones, como si la guerra de Ucrania se enmarcará en un contexto de juegos olímpicos. Pero para Putin es otro logro, no hay que olvidar que Rusia tiene un veto en las competiciones internacionales y esa decisión le permite volver al ruedo.

El asunto es que Putin parece reírse de Trump y éste parece que no se entera o no se quiere enterar. Le tiene tomada la medida desde 2017 y no cede absolutamente en nada para Ucrania, porque lo quiere todo. Antes de la llegada del magnate inmobiliario, el jefe del Kremlin estaba arrinconado con los bloqueos económicos del mundo Occidental, hoy ya respira. 

No cabe duda: “¡Perro que ladra no muerde!”.

POR ISRAEL LÓPEZ GUTIÉRREZ

COLABORADOR

@PAPADEPONCHO

ISRAEL.LOPEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM

MAAZ

 

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