Columna Invitada

La traición

En la película Los idus de marzo (George Clooney, 2011) un precandidato presidencial le confiesa a su esposa que siempre que traza en la arena una línea con sus principios…los tiene que mover

La traición
Daniel Francisco / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Quien participa en el juego de la política sabe que tarde o temprano será traicionado. Sin dudas, sin sorpresas. El control de daños radica en adivinar la fecha y el nombre del traidor. 

En la película Los idus de marzo (George Clooney, 2011) un precandidato presidencial le confiesa a su esposa que siempre que traza en la arena una línea con sus principios…los tiene que mover. Prometió no ceder ante los poderes fácticos, no usar campañas negras, defender sus ideas, pero el mar impetuoso se lo ha llevado todo.  

Y como el pez por la boca muere, ese hombre preocupado por mantenerse limpio será alcanzado por sus contradicciones. El defensor de la familia tendrá que acudir a sus asesores de medios para resolver una crisis provocada por una aventura extramatrimonial que tuvo con una interna. Un día se toman decisiones de estadista, y al siguiente, hay que desatar un nudo gordiano.

Quien se mete en política -como escribiera Max Weber- “ha sellado un pacto con el diablo, de tal modo que ya no es cierto que en su actividad lo bueno sólo produzca el bien y lo malo el mal…”. Los aliados se convierten en compañeros de un viaje efímero. Esos demonios son los que inclinarán la balanza a nuestro favor, los del voto decisivo para que pase nuestra reforma, los que nos acompañarán en nuestra nueva aventura electoral. 

O pueden ser cabilderos de temporada restañando reputaciones. Una de las escenas más elocuentes que lo ilustra aparece en el film El Padrino: el senador que interrumpe una sesión en la que se acusa a Michael Corleone de encabezar a una familia ligada al crimen; las palabras del congresista dejan claro para quién trabaja. El ruido distrae, muestra el músculo y nos dice que lo menos importante son sus electores.   

En el baile del poder, el traidor encabeza la danza -escribieron Yves Roucaute y Denis Jeambar en el Elogio de la traición-, “la gran traición es el acto político fundacional de la política. La antropología lo demuestra, la tragedia griega lo escenifica, las religiones monoteístas lo transmiten: el hombre se vio obligado a traicionar para salir de los sistemas arcaicos primitivos”. 

POR DANIEL FRANCISCO
SUBDIRECTOR DE GACETA UNAM
@DFMARTINEZ74

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