¿Sorprendente? Sí. ¿Atractivo? La verdad, quién sabe; es una apuesta con ojos vendados saber si insertar un diamante ahí será una buena idea al final.
Lo cierto es que tendremos un juego oficial de Grandes Ligas en medio de una pista de carreras dentro de poco menos de un año, en Bristol, Tennessee, para meterse a la historia con varias primeras ocasiones, entre ellas: el primer juego de Las Mayores, a celebrarse en dicha entidad de los Estados Unidos, y la probable presencia de más de 100 mil aficionados.
Hasta aquí todo parece ser del mundo de caramelo, un evento donde un diamante cabe en un óvalo (858 metros), y la gente es feliz combinando el national pastime con el rugido de los motores.
Aquí tenemos que bifurcar la perspectiva de esta entrega, pues claramente hay dos maneras de ver esto que ya es oficial para Major League Baseball. De manera optimista podemos referirnos a este juego ovalado como un gran acierto, pues habla de cómo el big show no se queda en su zona de confort y se duerme en la hamaca monetizando en sus mismos estadios, con sus mismas gradas y , obviamente debemos de cerrar como diría El Divo de Juárez: “con la misma gente”.
La buena decisión es llegar a un estado como Tennessee, con larga historia de sucursales, muy buena música y, en especial, como un (desde ahora mucho más) firme candidato para tener una de las dos franquicias en expansión, las cuales, supuestamente, están “en juego”, cuando ese entrecomillado va por el platal (algo así como dos mil millones de dólares o two billion), que significaría entrar al selecto club de las franquicias ligamayoristas.
Otro factor tremendamente brillante es la adaptabilidad que están mostrando para llevar el espectáculo a lugares antes inimaginados: si ya nos regalaron esa cita histórica en el Field of Dreams, en Iowa, ahora vienen a un inmueble de otro deporte.
Entonces, casi, casi, hasta donde nos lleve la imaginación, para ver si un día tenemos un juego de beisbol playero, otro en la nieve o en un aeropuerto, hasta donde la mente los lleve y cuando no abaraten el negocio…
También en Williamsport han tenido encuentros oficiales memorables, ahí donde vemos, precisamente por estas fechas, a los chamacos de todo el mundo jugando buena pelota.
Ni modo, también vemos algunos negativos en llevar el gran espectáculo del mejor beisbol a una pista donde, quizás, ni lo piden, donde la tremenda fanaticada está acostumbrada al espectáculo de su predilección, y donde el futbol americano ya ha tenido varias apariciones, entonces no es la súper novedad. Tendrán que pensar muy bien en la visibilidad, pues las tribunas son para automovilismo; el campo de futbol americano es más amplio y puede verse desde mayor amplitud, por la forma de la cancha, sin rincones.
Se corre el riesgo de sentir que es mucha inversión para abaratar la imagen del deporte, que se cuestionará si está necesitado de audiencias, será ineludible. La balanza se inclina hacia el acierto de las Grandes Ligas. ¡Va a ser una locura la fanaticada presenciando a los Bravos de Atlanta y a los Rojos de Cincinnati!
POR ALEJANDRO AGUERREBERE
COLABORADOR
PAL