Columna Invitada

Triste democracia

El PAN entrará pronto en un debate para elegir a su dirigencia, también en un contexto interno complejo

Triste democracia
Arturo Sánchez Gutiérrez / Colaborador / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

La perspectiva de nuestra afligida democracia se complica día con día. Si bien Claudia Sheinbaum ganó la elección contundentemente, también es cierto que el proceso electoral fue inequitativo, plagado de violaciones a la ley y con el uso de los recursos del Estado para beneficiar a la candidata oficialista. Tal realidad debería colocar el debate en las reformas que se requieren para fortalecer la democracia, siempre y cuando ese fuera el objetivo de las fuerzas políticas del espectro político, cada día más estrecho.

Perogrullo recordaría que para que haya democracia se requieren demócratas, y los demócratas se expresan con hechos, no con frases trilladas de nuestra jerga política. ¿Qué quiere decir Sheinbaum con que se va a deslindar de Morena y que su liderazgo es asunto sólo del partido? Supongo que ya no habrá aquello de que “no le cambien ni una coma a las propuestas” y que las candidaturas se debatirán en las oficinas partidistas. Eso habrá que verlo. Hoy es sólo un dicho que repite lo afirmado hace seis años y que no se cumplió.

Pero, además, la democracia requiere de partidos políticos fuertes, no sólo por su potencial electoral, sino por la calidad de su organización, el carácter democrático de sus decisiones y su proyección como una alternativa para el país. Morena corre el riesgo de convertirse en un partido hegemónico con pocos incentivos para la inclusión democrática y con las debilidades que finalmente derrotaron al PRI el siglo pasado, como su estrecha dependencia de la palabra del actual Presidente y los avisos de continuidad que Sheinbaum no parece querer romper. 

La oposición, otro elemento indispensable de una democracia, abona muy poco al fortalecimiento de la democracia. La asamblea priista del pasado fin de semana es un ejemplo de ello, más allá de su legalidad que verificará el INE. Una reforma de los documentos básicos, a cinco semanas de su peor derrota, sin un análisis profundo de sus retos, concentró la discusión en quién debe dirigir, en lugar de buscar la dirección a la que se debe dirigir. El PAN entrará pronto en un debate para elegir a su nueva dirigencia, también en un contexto interno complejo, mientras que la desaparición del PRD aleja la esperanza de la construcción de una izquierda moderna, responsable y novedosa. 

Posiblemente organizaciones como el Frente Cívico Ciudadano busquen el registro partidario, pero la realidad hoy apunta a la prevalencia de Morena como un partido hegemónico, con una oposición debilitada y sin un proceso democratizador en puerta. Para la democracia, lo de menos será organizar elecciones, lo difícil será que el partido oficial, en medio de su fortaleza, aplique políticas para gobernar democráticamente. Hasta ahora no hay señales de que eso ocurrirá, y la oposición no da muestras de ofrecer un proyecto nacional alternativo. Triste perspectiva democrática. Es época de volver a construir.

POR ARTURO SÁNCHEZ GUTIÉRREZ

PROFESOR INVESTIGADOR, ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES Y GOBIERNO
TECNOLÓGICO DE MONTERREY

@ARTUROSANCHEZG

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