Desde afuera

México y EU: Momento complicado

Un ataque con armas biológicas, químicas o nucleares contra territorio estadounidense probablemente afectará a México y Canadá

México y EU: Momento complicado
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Durante décadas, México ha vivido bajo la ilusión de encontrar un balance para el pozo gravitacional representado por su cercanía geográfica, económica y social con Estados Unidos.

Pero, en lo bueno y en lo malo, no lo ha encontrado. Al menos, algo que tenga más ventajas que desventajas. O costos menores.

En 1990, el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari propuso literalmente a los europeos aprovechar la posición geográfica de México para su comercio con Estados Unidos, Latinoamérica y Extremo Oriente. Pero Europa lidiaba entonces con el desmoronamiento del bloque socialista y se abstuvo. Meses después se  iniciaban las negociaciones para el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. 

México buscó en su momento también asociarse con Japón, con la esperanza de encontrar contrapesos.

La geopolítica y la geoeconomía tienen ventajas y desventajas; la vecindad geográfica hace de México una base deseable para llegar comercialmente a EU, pero también un paso casi obligado para actividades delictivas; lo hace ideal para la integración económica y productiva, pero también tan vinculado económicamente como para hacerlo vulnerable a demandas socio-políticas.

Aunque, al mismo tiempo, a querer o no, hay un movimiento de integración que parece inevitable, representado tanto por sociedades cada vez más interrelacionadas por movimientos migratorios como por una creciente interdependencia económica. 

Pero si la economía y los niveles de vida pueden elevarse en general, la vecindad y la integración crean otro tipo de problemas: pueden hacer de México un "daño colateral", directa o indirectamente, en cualquier ataque contra Estados Unidos, su infraestructura o su economía: los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 causaron al menos 16 muertos mexicanos directos en las Torres Gemelas de Nueva York

Peor aún, prácticamente no hay ciudad estadounidense donde un atentado no tenga la posibilidad de incluir víctimas latinas en general, mexicanos en particular: hay por lo menos 37.5 millones de personas méxico-estadounidenses, incluso 11 millones nacidos en México.

Paralelamente, un ataque con armas biológicas, químicas o nucleares contra territorio estadounidense probablemente afectará a México y Canadá, los países vecinos, aunque alguien crea que un amuleto, una estampita de la Virgen de Guadalupe o la frontera limitará patógenos, venenos o radioactividad.

Y eso sin contar con el impacto económico del cierre de las fronteras, como ocurrió en los días inmediatamente posteriores al 11 de septiembre.

Al mismo tiempo, el nearshoring y la continua realidad de la economía estadounidense de otra parte colocan al gobierno mexicano, el actual y el inminente, ante una alternativa brutal: profundizar su alianza con EU, con todas las ventajas e inconvenientes de una relación más íntima, o mantenerse al margen, con todos los problemas, pero muy pocos de los beneficios. 

POR: JOSÉ CARREÑO FIGUERAS 

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM                          

@CARRENOJOSE

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