Hiel y Miel

De política y violencia

Las víctimas de violencia política se han incrementado en México en 150.5 por ciento, en comparación con 2021

De política y violencia
Tere Vale / Hiel y Miel / Opinión El Heraldo de México Foto: Heraldo de México

Conforme a la normatividad electoral, este artículo no habla de encuestas o apoyos o críticas a ningún partido o candidato o candidata; más bien es una muestra de la violencia en la que vivimos. El pasado miércoles 29 de mayo, con estupor y horror, nos enteramos de la muerte en Coyuca de Benítez, Guerrero, del candidato de oposición José Alfredo Cabrera Torres, asesinado con un balazo en la cabeza cuando subía al templete durante su cierre de campaña. Es evidente que ha habido una intervención sangrienta del crimen organizado para quitar y poner a sus candidatos. La violencia política que estamos viviendo ha afectado a todos y cada uno de los partidos políticos que participan en la contienda. Al hacerlo, nos ha afectado a todos los ciudadanos.

Ese mismo día hubo una balacera en un mitin de la candidata de Morena a la Alcaldía en Matías Romero Oaxaca; otro en Michoacán donde sujetos armados atacaron durante el cierre de campaña de la candidata de Morena a la Alcaldía de Cotija. Hubo otro ataque también con armas de fuego al equipo de campaña del candidato de MC en Tamaulipas. De más está decir el pánico de la ciudadanía que acudió a estos eventos.

De acuerdo con un informe de Integralia, las víctimas de violencia política se han incrementado en México en un 150.5% en comparación con el año 2021, estos datos incluyen homicidios, balaceras y amenazas.  En este mismo documento Integralia registró 749 víctimas y 231 asesinatos relacionados con la vida política de nuestro país. Las cifras son contundentes y preocupantes.

Los Estados que registran más víctimas de crímenes políticos –según este reporte— son Guerrero, Chiapas y Puebla. No hace falta decir más, la inseguridad generada por el crimen organizado sin duda es el problema más relevante de nuestro país.

Por lo tanto, es urgente el diseño de políticas públicas que frenen está destrucción y crueldad que atenta contra los derechos humanos de los 130 millones de mexicanos que enfrentamos esta adversidad. Para los sociólogos la violencia busca que prevalezca un desbalance de poder que la fortalece y que depende fundamentalmente de factores sociales y económicos. Para los psicólogos la generación de victimarios es el resultado de un conjunto de detonantes emocionales y cognitivos que impiden el desarrollo adecuado de los seres humanos. Ambos, creo, tienen razón.

Hace algunos años la ONU planteó la necesidad de fomentar una educación para la ciudadanía mundial. El objetivo de esta propuesta es educar para el respeto y construir un sentido de pertenencia para una humanidad común. Muy lejos estamos de alcanzar estas metas hoy.

Max Weber, politólogo alemán, subrayó que solo el Estado y sus instituciones encargadas de la seguridad pueden tener el monopolio de la violencia, por el bien de todos. El reconocimiento del espacio común y las reglas de convivencia garantizan que todos nos respetemos y podamos vivir en paz. La violencia en el terreno político es reflejo de la que padecemos los ciudadanos en general. No la normalicemos.

POR TERE VALE

COLABORADORA

@TEREVALEMX

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