Flor Garduño es una de las fotógrafas mexicanas más reconocidas en la escena mundial, celebrada por sus imágenes en blanco y negro, que a menudo exploran temas como la naturaleza, la cultura mexicana, la espiritualidad y la feminidad.
Garduño nació en México en 1957 y comenzó su carrera en los años 70 como asistente de Manuel Álvarez Bravo; fue discípula de Kati Horna y colaboró con Mariana Yampolsky.
Desde entonces desarrolló una trayectoria prolífica publicando libros, protagonizando más de 30 exposiciones individuales y participando en más de 100 exhibiciones colectivas en todo el mundo, con una obra que abarca retrato, paisaje y fotografía documental.
Entre sus obras más reconocidas está Bestiarium, una serie de fotos que capturan la relación entre los seres humanos y los animales, explorando temas como la conexión entre el hombre y la naturaleza y la vida y la muerte.
Magia del juego eterno es una serie de imágenes surrealistas y simbólicas que exploran temas como el ciclo de la vida, la memoria y la conexión entre el mundo real y el de los sueños.
Las imágenes de Garduño suelen ser evocativas, con una atmósfera misteriosa, visualmente impactantes y ponen atención particular en la composición y la iluminación, lo que las ha llevado a ser elogiadas por su profundidad emocional y su capacidad para comunicar ideas universales.
Actualmente se exhibe Flor Garduño. Senderos de vida, una selección de 114 fotografías “en las que destacan los procesos creativos de la artista: desde su mirada sobre las realidades cotidianas de las comunidades rurales, hasta la complejidad técnica de sus paisajes ficticios a partir de escenas construidas”.?
Se puede visitar hasta el 2 de junio en el Museo del Palacio de Bellas Artes. Flor Garduño ha dejado una marca significativa en la fotografía y es una figura influyente de la comunidad artística.
POR: MELISSA MORENO
@MELISSOTOTOTA
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