Mientras demócratas y republicanos parecen empeñados en un inutil juego político en torno a los problemas migratorios de Estados Unidos, ambos mantienen que necesitan la colaboración de otros, especialmente México, para resolver una situación que combinada con el tráfico de drogas se ha convertido en una crisis fronteriza.
"Creo que debemos presionar al gobierno de México y pedirle más cooperación, a lo largo de su frontera sur para impedir que los migrantes (procedentes de Centro y Sudamérica) atraviesen el país en los puertos de entrada y aeropuertos", dijo el diputado demócrata Vicente González, de Texas.
La idea de que la administración mexicana no hace lo suficiente para frenar el número de personas que atraviesan el país de sur a norte para llegar a la frontera con Estados Unidos y pedir asilo parece cada vez más presente en el cuerpo político estadounidense, que también busca formas de ejercer presión.
Pero si es una crisis, parecen empeñados en no resolverla.
Los republicanos, que rutinariamente usan el miedo para motivar a sus votantes, piden simplemente que se obligue a México. Hablan de la posibilidad de enviar fuerzas especiales a ayudar a combatir el narcotráfico y cerrar la frontera a inmigrantes, de construir la gran barda fronteriza propuesta hace siete años por Donald Trump, de reanudar un programa que obligaría a los peticionarios de asilo a permanecer en nuestra nación.
En buena medida, obedecen a sus votantes, que actualmente parecen ser mayormente nacionalistas blancos, con una religiosidad conservadora.
Los demócratas tienen un estilo diferente. No hablan de intervenciones militares ni de presiones públicas. Pero hacen saber que la relación económica entre los dos países es enorme y que por tanto México tiene muchos puntos sensibles que pueden ser blanco de sanciones o presiones diversas.
Originalmente, los republicanos demandaron –y obtuvieron– que el endurecimiento de medidas en la frontera con México fuera la condición para aprobar un paquete de ayuda militar para Ucrania, Israel y Taiwán. Ahora, rechazan una y otra.
La presión generada por los republicanos, mayoría en la Cámara de Representantes, llevó al gobierno del presidente Joe Biden a apoyar una propuesta migratoria que recogía las partes esenciales de las demandas republicanas.
Pero las bancadas republicanas en ambas cámaras del Congreso decidieron bloquear la propuesta sin detenerse a negociar porque, según sus consideraciones, no iba tan lejos como debía.
La realidad, es que no querían dar un triunfo a Biden en año electoral, ni prescindir de un tema que como las crisis migratoria y de drogas creen les hará ganar votos en las elecciones de noviembre.
El debate mostraría una desconexión entre los intereses de la clase política estadounidense y los de su país. O que la crisis fronteriza no es tan grave como dicen y que están dispuestos a sacrificar lo que sea para obtener ventaja electoral.
POR: JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
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