Concluye el año 2024 y el mundo comenzará pronto a consumir el segundo cuarto del Siglo XXI; este año que fenece deja algunas señales de lo que será la geopolítica mundial en adelante. Sin duda, los consensos de la reunión de los países BRICS y el resultado de la elección presidencial en los Estados Unidos son ejemplos de esas señales.
En octubre pasado tuvo lugar la XVI cumbre de los BRICS en Kazán, Rusia, en la que, a pesar de no registrar grandes acuerdos, permanece la idea de impulsar un mundo multipolar en materia económica, financiera y política. Entre otros, se valoró la posibilidad de dar entrada a nuevos países al Grupo y la adopción de una moneda propia para el intercambio comercial, temas que no tuvieron consenso al final del encuentro.
Esta organización de países de economías emergentes busca concluir con el mundo unipolar que prevalece desde la disolución de la Unión Soviética y la caída del muro de Berlín; los BRICS, aun cuando no es una organización formal como lo es la OTAN, son países que cooperan de manera multilateral, regional y a partir de proyectos que hasta ahora han resultado exitosos; se encuentran en contra del orden financiero imperante liderado por países de Occidente en el FMI y el Banco Mundial, y en respuesta han creado un Banco de Desarrollo para sus países miembros.
Los esfuerzos de este bloque de naciones los encabezan Rusia, China, India y Brasil, el presidente ruso Vladimir Putin ha sido su principal impulsor, mientras que los mandatarios de China e India han sido más cautelosos, política y económicamente, a efecto de evitar sanciones de tipo comercial por parte de Occidente. Se calcula que los países BRICS y asociados pueden representar cerca del 40% de la población mundial y aproximadamente el 37% del PIB global.
Por otra parte, el pasado noviembre se resolvió la elección presidencial en la Unión Americana con el triunfo de Donald Trump, quien tomará posesión en enero próximo; durante su campaña y en este periodo de transición ha anunciado medidas proteccionistas y de carácter nacionalista que perfilan un gobierno mayormente enfocado en lo doméstico, de hecho, ha amenazado a sus socios comerciales en América de terminar con el tratado comercial del Norte.
Trump ha anunciado también su intención de contribuir a que el conflicto entre Rusia y Ucrania termine. En este contexto, cabe decir que la relación del presidente norteamericano con Europa no ha sido sencilla, por ello es que se espera que los países agrupados en la Eurozona busquen políticas económicas regionales para la nueva era Trump.
Quizá el tiempo de la unipolaridad mundial no esté próximo a fenecer, no obstante, hay señales de iniciativas y hechos que apuntan a un mundo más regionalizado y organizado en polos diversos. Veremos.
POR ABELARDO RODRÍGUEZ
COLABORADOR
@ABERODES
MAAZ
