Columna Invitada

2025, el inicio de la resaca

Sin pretender que sean predicciones, hay cinco áreas donde se irán sintiendo más las consecuencias

2025, el inicio de la resaca
Guillermo Lerdo de Tejada / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

El 2024 fue un buen año para el oficialismo. Retuvo la presidencia de la República y continuó su expansión en diversos gobiernos locales. Logró imponer una supermayoría legislativa para modificar la Constitución, y terminó de ocupar los principales espacios de influencia, desde medios públicos hasta fiscalías. Consolidó los pilares del proyecto iniciado en 2018, con la captura del Poder Judicial, de las autoridades electorales y la destrucción de los órganos autónomos. De pilón, la oposición partidista parece más achicada y deslegitimada que antes.

Con todo, la borrachera de poder y decisiones irresponsables en algún punto se convertirá en resaca. En 2025 no necesariamente ocurrirá una catástrofe mayúscula, pero, sin pretender que sean predicciones, hay cinco áreas donde seguramente se irán sintiendo más las consecuencias.

Ante todo, las flamantes reformas pasarán de la ligereza propagandística a la menos divertida condición de realidad, cuyos efectos impactarán a millones de personas. Cuando, por ejemplo, los tribunales se llenen de jueces improvisados, en el mejor de los casos, o impuestos por los delincuentes, en el peor. En paralelo, como confirma el presupuesto 2025 publicado ayer, continuará el deterioro de servicios públicos críticos, como la salud, y se redobla la apuesta de que las pensiones y becas palien este abandono. En esas aguas habremos de navegar el año.

Luego está el frente financiero. Entre las transferencias de efectivo, las mega obras como el Tren Maya, los subsidios a PEMEX y el gasto corriente, el gobierno prácticamente carece de margen para hacer mucho más que sostener un sistema clientelar que de suyo requiere cada vez más recursos. Lo más seguro es que pospongan el problema, agravándolo, en lugar de resolverlo: más deuda; más impuestos a la clase media cautiva, o tomando “prestado” de instrumentos como los fondos de pensiones. Una reforma fiscal de fondo es improbable, por su costo político.

A su vez, está el flanco de la violencia. Si bien con el nuevo secretario de Seguridad llegó profesionalismo a ese despacho, más de un lustro de la política de “abrazos” hizo que los grupos criminales acumularan un poder económico y de fuego tales, junto a un control territorial, político y social tan grandes, que el dilema ya no es sólo si el gobierno quiere combatir al crimen organizado, sino si puede. Se requiere no sólo voluntad, sino reconstruir capacidades perdidas.

Al mismo tiempo, hay un frente interno. El choque reciente entre Ricardo Monreal y Adán Augusto nos recuerda que eso que llamamos lopezobradorismo es una alianza de conveniencia de múltiples grupos con intereses propios y muchas veces enfrentados. El régimen es poderoso, pero su poca institucionalización interna le dificulta administrar la lucha por el poder e imponer disciplina en un proyecto sostenido por poco menos que la expectativa del lucro personal.

A medida que sus diversos liderazgos sientan mayor confianza para actuar por su cuenta, se atisban tres escenarios: la fragmentación paulatina y caótica; un golpe en la mesa de la presidenta para asumir el liderazgo político efectivo, que dejará secuelas e inconformes; o una mayor intervención del ex mandatario. En cualquier caso, crecientes pugnas internas redundarían en una mayor desatención a la administración pública y gobernabilidad política.

Finalmente, el factor Trump. La amenaza de la mano dura en Washington puede ser un acicate para que el gobierno mexicano replantee la estrategia ante la inseguridad, y se tome algo más en serio el Estado de derecho -no por convicción, sino necesidad-; pero también es la excusa perfecta para generar una distracción permanente que permita achacar culpas y evadir responsabilidades propias. Trump será, en buena medida, un parámetro para calibrar la fuerza relativa entre los grupos pragmáticos y los ideológicos que hay dentro del régimen.

Aprovecho esta última columna de 2024 para agradecer a El Heraldo de México por permitirme, desde sus páginas, escribir en libertad y participar en el necesario debate público nacional. Agradezco también a los lectores que me dan la oportunidad de compartirles mis ideas. Mis mejores deseos en estas fechas.

POR GUILLERMO LERDO DE TEJADA SERVITJE

COLABORADOR

@GUILLERMOLERDO

PAL

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