La reunión que acaba de concluir en Riad en materia de degradación de la tierra y desertificación es muy importante para la región mesoamericana. El cambio climático, la desertificación y la pérdida de biodiversidad están relacionados de manera muy estrecha, las deliberaciones y acuerdos se dedicaron a atender problemas que requieren seguir ser siendo abordados en lo particular.
Como otras reuniones de este año, la de las partes de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD) en Arabia Saudita que se programó para realizarse del 2 al 13 de diciembre de 2024 y terminó un día después. Participaron cerca de 200 países en esta COP 16 dedicada a las tierras.
Aun cuando la urgencia de atender el problema de atender la degradación de las tierras aparece en más de una conversación internacional, de esa reunión se esperaban más compromisos vinculantes que han quedado pendientes desde su adopción hace treinta años. Se planteó priorizar la restauración de tierras y de resiliencia en las políticas nacionales. Nuevamente, la seguridad alimentaria se ha enfatizado, junto con los problemas de la adaptación al cambio climático y la sequía.
Entre los acuerdos de Riad sobre desertificación y degradación de la tierra, se acordó la creación de los caucus para comunidades y pueblos indígenas, la continuación de la Interfaz Ciencia – Política y reforzar la acción del sector privado en el marco de la iniciativa negocios sobre la tierra, Bussines4Land. La próxima reunión será en Mongolia en dos años.
CAF, la banca de desarrollo de América Latina y el Caribe participó en la reunión de Riad como organismo intergubernamental observador después de tener presencia en otras reuniones ambientales recientes. Días antes, el banco informó que está en comunicación sobre posibles acuerdos con la Secretaría de la UNCCD, establecida para la instrumentación de la convención y fortalecer el puente entre la ciencia y la política, facilitar el acceso a la información en el campo.
En este contexto, los acuerdos en materia de degradación de los suelos y desertificación son asuntos de extrema urgencia en la agenda planteada, que dará continuidad a las conferencias realizadas sobre cambio climático y biodiversidad de este año, a las que se suman ahora los de Arabia Saudita.
El proceso hacia la reunión en Riad y su continuación después de su conclusión el pasado sábado toman relevancia estratégica para el desarrollo y sostenibilidad de México, América Central, el resto de la región mesoamericana y caribeña, que sufren el impacto de lo abordado en esa conferencia para el conjunto de la región de las Américas, para otras regiones con problemáticas comunes.
La Oficina de las Naciones Unidas para combatir la Desertificación publicó este año el reporte Unidos por la Tierra: 30 años de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación. Recuperar los bosques, recuperar las tierras degradadas, producción de más alimentos y fibras sin agotar los valiosos recursos del suelo, cuando en el planeta se pierden 100 millones de hectáreas de tierras sanas y productivas cada año mientras el mundo enfrenta la escasez de tierra fértil y agua dulce que se agrava por la crisis climática, los conflictos y la competencia por escasos recursos naturales, en el corazón del reporte.
POR GUADALUPE GONZÁLEZ CHÁVEZ
Catedrática universitaria
@GuadalupeGonzCh
MAAZ