En México, las pequeñas y medianas empresas (PYMES) son la base de la economía. Representan el 99.8% de las unidades económicas del país, generan más del 70% del empleo formal y contribuyen aproximadamente con el 52% del Producto Interno Bruto (PIB), según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografia (INEGI). Sin embargo, estas cifras no garantizan su sostenibilidad: el 75% de las PYMES no supera los dos años de operación. De cara al 2025, el panorama exige una transformación profunda. Las PYMES enfrentan retos económicos, tecnológicos y sociales que definirán su capacidad para mantenerse relevantes en un mercado cada vez más competitivo y globalizado.
Por ejemplo la digitalización ya es una prioridad ya que la pandemia aceleró la digitalización empresarial, pero solo el 30% de las PYMES mexicanas ha integrado plenamente herramientas tecnológicas en sus procesos, según la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO). Esta falta de digitalización limita su competitividad en un mercado donde la presencia linea es clave.
Para el 2025, las PYMES deberán invertir en comercio electrónico, actualmente, solo el 10% de las PYMES vende en línea, a pesar de que las ventas digitales en México crecieron un 27% en 2023, sigue faltando mas impulso en herramientas de gestión que optimicen procesos internos, como software ERP o CRMs, que pueden aumentar la productividad hasta en un 20%. El acceso al financiamiento es un cuello de botella ya que el acceso limitado a financiamiento sigue siendo un problema estructural. Según la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), solo el 14% de las PYMES tiene acceso a crédito formal. Esto limita su capacidad para invertir en innovación, infraestructura y capacitación.
Para revertir esta tendencia, es necesario impulsar programas públicos y privados de financiamiento accesible, mejorando la educación financiera de los empresarios. Fomentar esquemas de crédito innovadores, como el crowdfunding etc.sin embargo la sostenibilidad como requisito para el 2025 será un año crucial en la transición hacia el modelos de negocio sostenibles. Las PYMES deberán adoptar prácticas que reduzcan su huella de ambiental, no solo para cumplir con regulaciones, sino también para responder a un consumidor más consciente. Según un estudio de Deloitte, el 57% de los consumidores mexicanos prefiere marcas con prácticas sostenibles, mientras que las empresas que adoptan políticas verdes experimentan hasta un 20% más de fidelidad del cliente.
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 65% de los empleados de PYMES considera que su desarrollo profesional es limitado, lo que incrementa la rotación. Para revertir esta tendencia, las PYMES deben invertir en capacitaciones constante en habilidades digitales
Un dato importante menos del 10% de las PYMES mexicanas participa en exportaciones, a pesar de que el país tiene acceso a 13 tratados comerciales no se están aprovechando como deberían, así la integración de estas empresas en cadenas globales de valor será fundamental para impulsar su crecimiento, con el apoyo adecuado del gobierno, las instituciones financieras y el sector privado, estas empresas tienen el potencial de ser el motor que impulse a México hacia un desarrollo económico más equitativo y sostenible.
Ana Martínez
Presidenta de la Comision de Pymes Coparmex Cdmx y Empresaria
