Ha concluido el periodo de inscripción para las elecciones de cargos en el Poder Judicial. Desde un inicio se antojaba un poco desorganizado, desordenado todo el asunto. Ya que un proyecto pase por las manos de Monreal, de Noroña, de Adán Augusto y compañía, no hay que hacerse muchas ilusiones. Si algo resulta atractivo, ejemplar y motivante para las ministras Yasmín Esquivel y Lenia Batres, hay que detenerse para analizar el tema detenidamente
Con esos antecedentes y el estilo anárquico y chafa de hacer las cosas del oficialismo se invitó a la población abogadil a participar en la convocatoria. Había unos requisitos nada difíciles de cumplir y se podía uno inscribir en el Poder Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Lo cierto es que hasta dos días antes del cierre de inscripciones el resultado era poco alentador. Sin embargo, se dio el misterioso caso de La multiplicación de los jueces. En efecto, el sábado y el domingo la gente se puso las pilas y en lugar de hacer cosas propias de fin de semana se pusieron a inscribirse en masa a los puestos de elección judicial. Bien raro.
Al final, se inscribieron más de 22 mil ciudadanos a los diversos puestos que estarán en disputa electoral en junio del año que entra. La semana pasada solamente se habían inscrito menos de cinco mil. Pero ya sabemos: los mexicanos dejan todo para la última hora. De esa multiplicación de los jueces repentina, resulta que el 87% se inscribieron a través de los comités del Poder Legislativo y Ejecutivo. O sea, todos se inscribieron en montón pero no al comité del Judicial sino a los que dependen de Morena. Así quedaron: 10,338 en el Legislativo; uneve mil cerrados en el Ejecutivo y dos mil 948 en el Judicial, que era el único de los comités que tenía una plataforma transparente en sus registros que se actualizaba constantemente.
Total, que habrá elección. No sabemos todavía cómo van a quedar distribuidas esas candidaturas, pero es que todavía falta un proceso de tómbola, en el que quedarán eliminados algunos miles. Por supuesto que serán unas elecciones únicas en el mundo, porque seguramente se dará el caso en que nada más haya un competidor y que pueda ganar solamente con un voto. En fin, parece que será mejor que nos vayamos acostumbrando a las ocurrencias del cuarta transformación que, aunque se diga que habíamos visto suficiente con López Obrador, parece que esto no ha terminado. La elección de personas juzgadoras es un buen ejemplo de improvisación, desorden aunado a la marca de la casa: la trampa.
POR JUAN IGNACIO ZAVALA
@JUANIZAVALA
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