Escribir con Luz

Nosotros, entre lo surrealista y lo Kafkiano

Nos gusta creer la trillada frase que, aparentemente, nos dedicó André Breton como el país más surrealista de todos

Nosotros, entre lo surrealista y lo Kafkiano
Cynthia Mileva / Escribir con luz / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Agarrados de la cola del año 2024 que está por terminar, no dejamos de mencionar las coincidencias de dos aniversarios influyentes para el imaginario mexicano.

La conmemoración de los 100 años del surrealismo y el centenario del fallecimiento del escritor Franz Kafka que lo denominó como el Año de Kafka. 

Aunque no hay pruebas de su veracidad, nos gusta creer la trillada frase que aparentemente nos dedicó André Breton como “el país más surrealista de todos”, reinado que, después de un centenario de la publicación del primer Manifiesto surrealista, sigue vigente y también puede ser el pilón de la definición del mexican curious.

Aunque la aportación del surrealismo a la historia del arte tiene gran importancia en la búsqueda de una realidad superior con la liberación de la psique en el proceso creativo, el término hoy, así como la esencia literaria de Kafka se han convertido en calificativos populares.

Con muchos años de anticipación al movimiento, la surrealista pluma de Kafka dibuja de manera inquietante lo que la modernidad de las grandes ciudades germina entre la aglomeración, la deshumanización y la angustia existencial. 

En lo que respecta a la fotografía surrealista, recordar a precursores como Man Ray o Kati Horna, es pensar en un arte fotográfico que rompió paradigmas documentales, pero también pareciera que, entre la forma surrealista y el contenido kafkiano, méxicomágico es el lugar fértil para encontrar en el transporte público, el menú de un restaurante fifí, los encabezados o las filas burocráticas, escenas entre lo absurdo, lo extraño o lo increíble que han quedado inmortalizadas, muchas veces, por fotógrafos anónimos. Imágenes que nos arrancan una sonrisa, como esas personas que en medio de la multitud andan con un simpático patito de juguete sobre la cabeza.

POR CYNTHIA MILEVA   

CYNTHIA.MILEVA@HOTMAIL.COM

EEZ   

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