Tierra de Negocios

El G20 y el combate al hambre mundial

El programa ha beneficiado a 439 mil familias en México y 40 mil más en Centroamérica, además de contribuir a la captura anual de 30 millones de toneladas de dióxido de carbono, presumió

El G20 y el combate al hambre mundial
Mariana Otero-Briz / Tierra de Negocios / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Con un relevante trasfondo agrícola al centro, la posible firma de un acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur, y la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y su política proteccionista, ayer se inauguró la Cumbre de Líderes del G20 en Río de Janeiro, Brasil.

En su primer encuentro internacional, la presidenta Claudia Sheinbaum fue bien recibida por las y los líderes mundiales, a quienes llamó a crear un fondo mundial para destinar el 1 por ciento del gasto militar para poner en marcha el programa de reforestación más grande de la historia, similar al mexicano Sembrado Vida.

Fue muy importante la presencia de la mandataria para exponer la visión de México y presentar programas como Sembrando Vida, que opera también en algunas naciones centroamericanas y que, bajo una adecuada instrumentación y supervisión, puede contribuir a los esfuerzos globales para combatir el hambre y el cambio climático.

El programa ha beneficiado a 439 mil familias en México y 40 mil más en Centroamérica, además de contribuir a la captura anual de 30 millones de toneladas de dióxido de carbono, presumió.

Precisamente, en este G2O se lanzó la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, un programa impulsado por el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y actual presidente pro tempore del grupo, el cual busca reunir recursos y conocimientos para implementar políticas públicas que permitan reducir el hambre y la pobreza en el mundo.

Y es que, de acuerdo con la FAO, hay más de 773 millones de personas en el planeta que sufren desnutrición, mientras que el mundo produce casi seis mil millones de toneladas de alimentos al año y tiene gastos militares por 2.4 mil millones de dólares.

Y precisamente, Sheinbaum Pardo lanzó también críticas al gasto armamentista: “la economía de la destrucción alcanzó un gasto de más de 2.4 billones de dólares”, lo que ha sido un obstáculo para resolver problemas urgentes, como la pobreza y el cambio climático.

“Es incomprensible que se invierta más en armas que en la lucha contra la pobreza o el calentamiento global”, una redistribución de estos recursos podría disminuir problemas como la migración y el hambre, fueron las palabras de la mandataria, quien por cierto sostuvo reuniones bilaterales con los presidentes de Estados Unidos y Francia.

Es relevante que un mandatario mexicano vuelva a tener presencia en foros multilaterales, tras una ausencia de seis años, ya que en estos se palpa el pulso de la política global, se toman acuerdos, se comparten experiencias y se renuevan alianzas.
 

Y también, vale la pena destacar que en el marco del G20 podría concretarse finalmente el acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur que, a decir de sus detractores -en especial los agricultores franceses-, permitirá la entrada masiva de productos agrícolas sudamericanos, elaborados bajo estándares ambientales menos exigentes a los europeos.

Por lo pronto, cambiará sustancialmente el escenario comercial global.

PAL

Temas