O M N I A

Zibaldone sobre la muerte

En México y otros países de América, incluida una parte de Estados Unidos, no solo se ha dado corporeidad a la muerte, sino incluso se le ha santificado

Zibaldone sobre la muerte
Foto: EL Heraldo de México

En diversas partes del mundo se han conferido características antropomórficas a la muerte, la más divulgada de las cuales es la figura esquelética con capa, capucha y guadaña que data de hace siglos.

México hizo una gran aportación a la antropomorfia de la muerte con La Catrina, creada por José Guadalupe Posada y pintada magistralmente por Diego Rivera en el mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central. Ambos personajes (Diego en su niñez y Posadas adulto) aparecen flanqueando a la emperifollada y huesuda Catrina y detrás de ellos, Frida Kahlo.

En México y otros países de América, incluida una parte de Estados Unidos, no solo se ha dado corporeidad a la muerte, sino incluso se le ha santificado. Hoy la Santa Muerte es tema de estudios importantes como los de Andrew Chesnut (Virginia Commonwealth University) y Alberto Hernández Hernández (Colegio de la Frontera Norte).

Una memorable personificación de la muerte es la creada por el dramaturgo español Alejandro Casona, quien dio vida a Peregrina, una hermosa mujer que pide albergue en la casa de una familia asturiana, en su pieza teatral La Dama del Alba. En la obra, un personaje central, El Abuelo, le reprocha a Peregrina que entre disfrazada de mujer a las casas. Y la muerte antropomorfa le responde: “¿Y quién te ha dicho que necesito entrar? Yo siempre estoy dentro, mirándoos crecer día por día detrás de los espejos”.

La respuesta puede parecer aterradora, pero no lo es si nos atenemos a lo que todos sabemos que no sabemos. No es un juego de palabras. Realmente todos sabemos que ignoramos cuándo y cómo moriremos. Michel de Montaigne escribió un día una nota sobre algo que él deseaba se hiciera después de su muerte y lo hizo cuando, sano y vigoroso, estaba a una legua de su casa, pero no tenía la certeza de llegar a ella (alusión a la incertidumbre sobre el cuándo llegará la parca). “Ahora -escribió el filósofo- en todo momento me encuentro preparado y la llegada de la muerte no me sorprenderá… Es preciso estar siempre calzado y presto a partir”. (Montaigne, Ensayos, SEP, 1945).

Siglos después, el Papa Francisco emite un mensaje con cierta semejanza: "El Señor nos dice que estemos preparados para el encuentro, la muerte es un encuentro: es Él quien viene a encontrarnos, es Él quien viene a tomarnos de la mano y llevarnos con él… todos tenemos una puerta a la que el Señor llamará algún día".

Ahora que en México se lanza una narrativa envenenada según la cual la democracia está en riesgo y la dictadura amenaza a la población con el ropaje de reforma judicial, la polémica me lleva a pensar en la muerte como encarnación de ambos extremos: ninguna democracia como la de Ella porque matará a todos por igual, y ninguna dictadura como la de Ella porque no tendrá misericordia con nadie.

¿Cuál es la verdad? Las dos y ninguna, y para llegar a un acuerdo sobre visiones antagónicas, hay que hablar, dialogar, acordar. Como lo hacen Peregrina y el Abuelo en la pieza de Casona.

PLUS ONLINE: DIÁLOGO CON LA MUERTE

Desde cuando hace décadas conocí La Dama del Alba, pensar en la muerte, inevitablemente me lleva a la excelente obra del dramaturgo asturiano. Recuerdo vivamente su representación en el Teatro del Seguro Social de Mérida, con Guadalupe Salias en el papel de Peregrina. Como he contado en La Revista de la Universidad de México, entonces bajo la dirección del muy recordado Ignacio Solares, salí del teatro del IMSS deseoso de conocer la obra de Casona y empecé a buscar y adquirir sus libros. Sólo paré cuando conseguí sus Obras Completas, de Editorial Aguilar. 

            En el mencionado texto me ocupo de lo que para mí es el ángulo más humano que Casona atribuye a la muerte. Está en el segundo acto, cuando Peregrina responde a invectivas del Abuelo:

Peregrina: ¿Por qué me condenas sin conocerme bien? ¿Por qué no haces un pequeño esfuerzo por comprenderme? Yo también quisiera adornarme con rosas como las campesinas, vivir entre niños felices y tener un hombre hermoso a quien amar. Pero cuando voy a cortar rosas, todo el jardín se me hiela. Cuando los niños juegan conmigo, tengo que volver la cabeza por miedo a que se me queden fríos al tocarlos. Y en cuanto a los hombres ¿de qué me sirve que los más hermosos me busquen a caballo si al besarlos siento que sus brazos inútiles se resbalan sin fuerzas en mi cintura? ¿Comprendes ahora todo lo amargo de mi destino? Presenciar todos los dolores sin poder llorar... Tener todos esos sentimientos de una mujer sin poder usar ninguno... ¡Y estar condenada a matar siempre sin poder nunca morir!

Abuelo: ¡Pobre mujer!

Peregrina: Gracias, Abuelo. Te había pedido un poco de comprensión y me has llamado mujer, que es la palabra más hermosa en labios de hombre… En tu casa ya no tengo nada que hacer esta noche; pero me esperan en otros sitios. Adiós. (https://shorturl.at/JRUfJ)

Y Peregrina se va… pero habrá de regresar. “Lo único que nos separa de la muerte es el tiempo”, decía Hemingway.

@EduardoRHuchim