Columna Invitada

Sin seguridad no hay libertad

El FAL nos recuerda que la libertad no es un derecho abstracto, sino una realidad que debe ser defendida activamente

Sin seguridad no hay libertad
Mariana Gómez del Campo / Colaboradora / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Vivir en libertad no solo implica poder expresarnos, tomar decisiones sobre nuestras vidas o elegir a nuestros gobernantes. También significa habitar en un entorno seguro, donde podamos caminar por las calles sin miedo, trabajar y ver crecer a nuestras familias sin la constante amenaza de la violencia. En países inseguros, la libertad se convierte en un ideal difícil de alcanzar.

En muchos países autoritarios la violencia ha arrebatado ese derecho fundamental. Salir de casa es un acto de valentía en sociedades donde el miedo ha sido normalizado. No podemos hablar de libertad mientras millones de personas viven sin paz ni tranquilidad. Un país verdaderamente libre es aquel en el que los ciudadanos se sienten protegidos.

Para comprender cómo la inseguridad compromete la libertad, basta con observar regímenes autoritarios donde la violencia y el control social son herramientas clave para sostener el poder.

En Venezuela, por ejemplo, la falta de seguridad se utiliza como un mecanismo de represión. Las bandas criminales controlan amplios territorios, mientras el régimen utiliza a las fuerzas de seguridad para sembrar miedo, evitando así que la población se organice y proteste. Este control basado en la violencia no solo somete a los ciudadanos, sino que les niega la posibilidad de vivir en libertad.

Cuba y Nicaragua son otros ejemplos de cómo los regímenes autoritarios recurren a la violencia para mantener el control. En Cuba, las fuerzas policiales y militares, junto con grupos afines al régimen, reprimen brutalmente a quienes se atreven a protestar o criticar al gobierno.

La violencia física y psicológica son herramientas comunes para sofocar cualquier disidencia. De manera similar, en Nicaragua, el régimen no solo reprime a los opositores, sino que también ha dirigido su violencia contra instituciones como la Iglesia, cerrando templos, arrestando a sacerdotes y líderes religiosos con el objetivo de silenciar cualquier voz crítica y consolidar el poder a través del miedo.

La inseguridad en estos países no es solo el resultado de factores externos como el crimen organizado o los conflictos civiles, sino una estrategia deliberada de los regímenes autoritarios. La violencia se convierte en una herramienta para sofocar la disidencia, controlar a la población y limitar sus libertades, lo que impide que los ciudadanos puedan ejercer plenamente sus derechos y vivir con dignidad.

Es por esto que iniciativas como el Foro América Libre (FAL) son esenciales en la lucha por la libertad en todo el continente. Este foro es un espacio donde intelectuales, políticos y activistas de diferentes países se reúnen para discutir cómo defender y fortalecer la libertad en sus sociedades.

El enfoque no se limita a combatir las políticas autoritarias, sino que también busca abordar los problemas estructurales, como la inseguridad, que impiden que las sociedades sean verdaderamente libres.

La violencia es uno de esos problemas estructurales. No podemos avanzar hacia sociedades más justas y libres si no combatimos de manera eficaz la inseguridad que afecta a tantas naciones.

El FAL nos recuerda que la libertad no es un derecho abstracto, sino una realidad que debe ser defendida activamente. Una de las formas más urgentes de protegerla es exigir que los gobiernos hagan de la seguridad una prioridad fundamental. No podemos permitir que el miedo determine nuestras decisiones o nuestro modo de vida.

América merece ser una región donde la libertad y la seguridad vayan de la mano. Vivir en libertad no es solo una cuestión de derechos políticos o civiles; también es una cuestión de garantizar la seguridad de las personas.

El FAL ofrece un espacio incluyente en donde se fomenta el diálogo, la colaboración y la organización. Solo trabajando unidos como sociedad se puede generar un verdadero cambio. Al sumar esfuerzos, se pueden defender los derechos humanos y aspirar a una vida libre de amenazas. Este foro se convierte en un lugar donde las ideas y las soluciones nacen del compromiso con la libertad y la seguridad, que son indivisibles en una sociedad justa.

POR MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO
Presidenta de la Organización Demócrata Cristiana de América ( ODCA)

https://foroamericalibre.com/

 X: @America_Libre1  

Instagram: @foroamericalibre

EEZ

Temas