Hace rato que los impuestos al tráfico existen en las ciudades europeas. Una de la primeras en aplicarlos fue Londres, que los estableció hace un par de décadas en lo que fue un congestionado y contaminado centro, famoso por lo que se conocía como el smog, la combinación de niebla y contaminantes. Ahora es un lugar con pocos autos, un excelente servicio de autobuses y buena calidad de aire. Desde el inicio de este siglo Londres grava el tráfico de los vehículos, en distintas áreas de la ciudad, de acuerdo a las características de los mismos, y destina parte de estos recursos a mejorar el transporte público. Los impuestos al trafico fueron puestos en operación por primera ves en en Singapur, y, además de Londres, existen en ciudades como Estocolmo y Milan, que los utilizan en complemento de otras medidas, como áreas peatonales y ciclistas, las zonas libres de autos contaminante y las restricciones a la velocidad. En la mayoría de la de las ciudades europeas se han tomado medidas para restringir y desincentivar el uso del auto, al menos en la partes centrales, así como acelerar la transición hacia la electromovilidad.
Se espera que en los próximos meses Nueva York sea la primera ciudad americana que grave el uso de los autos en zonas congestionadas, si la iniciativa ya presentada, que se encuentra en etapa de consulta, es votada el próximo mes por los y las concejales. La idea es desincentivar el uso de auto en la zona de Manhattan y obtener mayores recursos para mejorar el transporte público. Los autos que entren a la zona gravada (que es básicamente el área al sur de la avenida 60 o del Central Park) pagaran 15 dólares al día, los camiones entre 24 y 36 dólares, dependiendo de tamaño, la motos 7.5 y los taxis cobrarán a los usuarios una tarifa adicional de 1.25 dólares por viaje para ese fin. Las personas de bajos ingresos podrán pedir un descuento de hasta 50% en las tarifas establecidas. Se tendrán 120 puntos electrónicos de control, para asegurar que los cargos se hayan realizado, por medio de una tarjeta que ya se utiliza para el cobro en puentes y carreteras de pago que actualmente operan en la zona.
El tráfico en Nueva York es particularmente malo, Peter Coy, el columnista del NYT, cita evidencia en el sentido de que solamente tres ciudades en Norteamérica tiene mayores congestiones de autos que Nueva York, estas son Chicago, Boston y Toronto, pero el trafico neoyorquino es peor que en urbes conocidas por tener serios problemas con los autos, como Los Ángeles y Monterrey. Los impuestos a la entrada a zonas congestionadas se considera, con base a la evidencia de más de dos décadas, como una medida efectiva para desincentivar el uso del auto, reducir emisiones y los niveles de contaminación al aire en zonas criticas. Es fundamental que los recursos que obtengan de ese tipo de medidas se destinen a financiar sistemas de transportes efectivos en la zona y para generar espacio público y facilidades para los peatones y ciclistas, con el objetivo de que las personas tengan alternativas reales al uso del auto, así como estacionamientos en áreas aledañas. Los autos eléctricos y los híbridos no tendrían que ser gravados, al menos no en una primera etapa, para incentivar su uso y acelerar la transición a la electro movilidad. Se pueden establecer mecanismos para que los residentes y las personas de bajos ingresos que laboran en la zona sean exceptuados de los pago, y obtengan también descuentos en el transporte púbico. Seguramente, después de Nueva York, otras ciudades de Norteamérica los van a considerar, ya que con la tecnología actual su uso es viable en la mayoría de las urbes y existen varias opciones para aplicarlos.
POR VIDAL LLERENAS
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