Para nadie es un secreto que Marcelo Ebrard, a pesar de sus denuncias contra el proceso interno de Morena, está contra la esquina.
Por un lado, el presidente, López Obrador, le ha extendido palabras conciliadoras. Por otro, Xóchitl Gálvez le ha pedido a sumarse al Frente Amplio. Y Dante Delgado, sin quedarse atrás, coquetea con la idea de tenerlo como candidato, a pesar de haber dicho que “con la vieja política, no”.
Marcelo Ebrard sabe que, hoy por hoy, las matemáticas no le dan. Con Morena, no existe un escenario en donde él salga satisfecho de una negociación; con el Frente, no obtiene ninguna ganancia visible; y con Movimiento Ciudadano, obtiene un lugar en la boleta, pero una campaña que se antoja muy cuesta arriba.
Es verdad, Marcelo Ebrard está contra la esquina, sin embargo parece ser en Movimiento Ciudadano en donde podría obtener parte de lo que buscaba y empujar una campaña que beneficiaría a Dante Delgado y compañía con posiciones en San Lázaro y el Senado, pero también permitiría a Marcelo Ebrard mantener un escenario con suficientes reflectores como para alcanzar a un espectro electoral que, en la teoría, pertenece a Xóchitl Gálvez hoy en día, y otro, muy distinto, que simpatiza con Morena y AMLO.
Este movimiento sería atractivo para el propio presidente y le quitaría algunos obstáculos del camino a Claudia Sheinbaum, pero no dejaría de ser una misión suicida para el excanciller y, por lo tanto, no dejaría de ser el último sacrificio de Marcelo Ebrard; un sacrificio que, al momento, no parece tener retribuciones para él en una negociación a corto o mediano plazo; un sacrificio que lo dejaría muy lejos de sus aspiraciones políticas verdaderas.
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Se viene el drama de las candidaturas estatales, pero el escenario 2024, pinta bien para nosotros, los junkies de la política. Enhorabuena.
POR FEDERICO ARANDA
PAL