Columna invitada

La geopolítica detrás de la Inteligencia Artificial

La politización del desarrollo tecnológico ha exacerbado las rivalidades geopolíticas existentes

La geopolítica detrás de la Inteligencia Artificial
Raquel López-Portillo Maltos / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: Foto: Especial

La politización del desarrollo tecnológico ha exacerbado las rivalidades geopolíticas existentes. Particularmente, el auge en el desarrollo desbordado de la Inteligencia Artificial generativa se ha convertido en el nuevo campo de batalla en donde la búsqueda por la supremacía se entreteje con cuestionamientos sobre seguridad, ética y derechos humanos.

China y Estados Unidos protagonizan esta carrera al estilo de la Guerra Fría. Ante ello, la Casa Blanca dio un paso de la mano de las principales empresas de tecnología del país hacia la definición de una hoja de ruta, en la que destaca la propuesta de transparentar explícitamente cuando un contenido haya sido generado por IA. Pese a que se logró este compromiso no vinculante, aún no existe claridad sobre qué sigue en dicha ruta.

Así mismo, la administración del presidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva que prohíbe ciertas inversiones estadounidenses en “tecnología sensible” china, particularmente en los sectores de semiconductores, microelectrónicos, sistemas de vigilancia y herramientas militares. Biden catalogó esta situación como una “emergencia nacional” ante el peligro que implica el desarrollo de China en esta materia.

En medio de las perennes tensiones entre ambas potencias, esta medida atiza el fuego de la percibida guerra comercial iniciada en la presidencia de Donald Trump. Aunque retórica y diplomáticamente Estados Unidos afirme que se trata de un enfoque preventivo y no punitivo, todo apunta que este juego de sanciones y restricciones invariablemente traerán consecuencias. Los efectos en sus altamente interdependientes economías y en cuestiones sensibles como las acusaciones de espionaje o la situación en Taiwán pueden llevar a un punto de no retorno.

Este enfoque obvia además que, contrario a los efectos inmediatos que este tipo de medidas pueden tener en otros ámbitos como el comercial, difícilmente tendrán un impacto definitorio en el desarrollo tecnológico del gigante asiático. El progreso de la IA proviene de la creación y modificación de algoritmos y modelos ya existentes, por lo que solo retrasaría medianamente lo inevitable.

En esta pugna, la Unión Europea se ha mantenido como la región que más ha apostado por la regulación tecnológica. Ante una evidente desconfianza en ambos bandos, la UE ha buscado aliados en otras latitudes como América Latina. En la reciente cumbre UE-CELAC, se anunció una Alianza Digital enfocada en la cooperación, entre otros temas, en materia de política digital basada en valores compartidos.

No obstante, dependerá de los gobiernos latinoamericanos dotar a la IA de la importancia que amerita en agendas nacionales. Siendo una de las regiones más desiguales del mundo, la discusión de este tema es trascendental, tanto para mitigar la brecha digital que el auge de la IA trae consigo, como para evitar ser un daño colateral en este duelo de titanes.

Raquel López-Portillo Maltos

Asociada del Programa de Jóvenes del COMEXI

@RaquelLPM

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