COLUMNA INVITADA

África en el nuevo siglo: entre la necolonización y la independencia

La forma en cómo se ha logrado tener cierto crecimiento económico, ha sido por medio de la desestabilización sistemática de las naciones africanas

OPINIÓN

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Luis Miguel Martínez / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial
  • ¿Por qué África es pobre, si es un continente lleno de muchos recursos naturales, minerales y energéticos, además de contar por supuesto, con un bono demográfico significativo que pudiera abastecer de mano de obra a la construcción de infraestructura regional para el futuro inmediato de su demarcación?
  • ¿Por qué 500 unidades de la moneda regional africana, valen solamente una unidad de la moneda francesa, cuando los africanos son los que cuentan con las reservas de oro en términos físicos?

En esa tesitura, es evidente que la ayuda no viene de occidente a África, sino del continente negro al mundo occidental. Es otras palabras, Europa depende de África de todas las formas posibles, ya que los recursos alternativos son pocos en occidente y si dejarán de recibir estos grandes flujos de insumos naturales, no podrían vivir como hasta ahora, sino fuera de una manera muy limitada.

¿Entonces como garantiza el viejo continente lo que no tiene?, ¿Cómo pueden asegurar que la “ayuda gratuita” siga llegando al continente negro, si ellos son los que no han podido garantizar sus propios recursos consumibles?

La forma en como se ha logrado tener cierto crecimiento económico, ha sido por medio de la desestabilización sistemática de las naciones africanas y sus sistemas políticos; lo han logrado generando la percepción histórica por medio de grandes compañías de relaciones públicas, que dejan al mundo entero con la impresión de que África, es sumamente pobre, está muriendo y apenas sobrevive con los recursos que Europa y Estados Unidos envían para allá.

Organizaciones no gubernamentales como Oxfam, UNICEF, la Cruz Roja, LifeAid, y todos los entes que realizan continuamente campañas publicitarias multimillonarias que representan la caridad que nace para mantener esa imagen de la campaña publicitaria global de África, pagada por personas inocentes bajo la impresión de que ayudar con sus donaciones es salvar a millones de personas en condiciones de pobreza alimentaria, es como puede apreciarse, una burla y una gran mentira.

¿Como se pueden esperar donaciones de países que tienen pocos recursos naturales que, además, como ya se ha evidenciado la riqueza de la que disponen no proviene de sus naciones sino del mismo lugar al que dicen ayudar?

En términos económicos, el papel de color en el que se imprimen las monedas de África y países como Francia, no tiene un valor significativo en comparación al oro y los diamantes, que han extraído en el continente negro durante siglos.

La percepción de las naciones neocolonizadoras como el país galo, es que un África sana y luchadora, no dispersaría sus recursos de manera libre y barata, lo cual es lógico y por supuesto en cambio, vendería sus recursos a precios del mercado mundial. Esto evidentemente, a su vez, desestabilizaría y debilitaría la economía occidental establecida hasta ahora. Europa caería en semanas y el sistema económico global tendría cambios dramáticos en sus cadenas de suministro e innovación.  

Muchos datos alrededor de esta teoría sustentan los argumentos anteriores, por ejemplo, el FMI refirió desde el 2017, que 6 de las 10 economías de más rápido crecimiento del mundo se encontraban en África, lo anterior tomando como base su PIB.

Otro dato revelador, es que el tesoro francés, está recibiendo alrededor de 500 mil millones de dólares, año tras año procedente de las reservas de divisas de los países africanos, basado en deudas coloniales los cuáles los obligan a pagar.

Este último factor, ha sido el principal detonante por el cuál, países como Burkina Faso, Mali, Libia, Angola y ahora Níger, se han levantado en armas en contra de sus principales líderes políticos y han decidido no seguir suministrando recursos naturales, ni energéticos a Europa.

Al respecto, el ahora presidente interino de Burkina Faso, Ibrahim Traoré, ha referido lo siguiente:

“Las preguntas que se hace mi generación son las siguientes: no entendemos como con tanta riqueza en su suelo y una naturaleza generosa con mucha agua, sol y abundancia; África es hoy el continente más pobre. (África) es un continente hambriento, y sus jefes de Estado, recorren el mundo mendigando, hay muchas preguntas sin respuesta. Hoy tenemos la oportunidad de construir una nueva relación y espero que esto sirva para dar un mejor porvenir a nuestros pueblos. Necesitamos lideres africanos que dejen de comportarse como marionetas que bailan cada vez que los imperialistas tocan sus instrumentos.”

Estas declaraciones se suman también a las efectuadas recientemente por el presidente de la República Popular del Congo, Félix Tshisekdi, quien en la gira que ofreció el presidente de Francia a tierras africanas, Emmanuel Macron, no dudo en expresar lo siguiente:

"Esto debe cambiar, la forma en la que Europa y Francia nos trata. Deben empezar a respetarnos y ver a África de un modo distinto. Tienen que dejar de tratarnos y hablarnos con tono paternalista. Como si siempre tuviesen la razón absoluta y nosotros no.”

Por si fuera poco, si a lo anterior le agregamos que China y Rusia han mostrado interés por acrecentar su presencia en estas coordenadas geográficas del mundo, las cosas se ponen aún más interesantes en términos de la lucha geopolítica por el control de la economía global, por ejemplo, el grupo Wagner una organización de soldados mercenarios que trabajan para Rusia conocidos por sus incursiones militares de alto impacto en el mundo occidental y en medio oriente, han llegado a África con un destacamento de 5 mil hombres distribuidos en distintos puntos de la región del Sahel, ubicada en la región media del continente negro, para apoyar la independencia de países como Mali, Costa de Marfil, Chad, Burkina Faso y ahora Níger de su país colonialista Francia. Esto ha encendido las alarmas en Europa y en especial en Francia, debido a que, en Níger, la mayor parte del uranio con el se genera la electricidad en el país galo dejaría de llegar a territorio europeo.

Pero la región del Sahel representa mucho más que solo la independencia económica y militar del África profunda respecto de Europa, simboliza la apertura de Rusia de un nuevo canal de comercialización para el continente negro a precios más justos de recursos minerales como el oro o el uranio sin la intervención de Europa y Estados Unidos por medio de Rusia como nuevo intermediario hacia nuevos destinos como Dubái.

El futuro visto desde esa óptica, es inquietante y tentador para Rusia y sus nuevos aliados africanos.

POR LUIS MIGUEL MARTÍNEZ ANZURES

PRESIDENTE DEL INAP

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