DESDE AFUERA

¿Espionaje en México?

Si los servicios de inteligencia rusos no tienen agentes en nuestro país, como diplomáticos o no, sería un hecho tan excepcional como increíble

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Un reciente texto de la articulista estadounidense Anastasia O'Grady volvió a poner sobre la mesa el tema del espionaje ruso en México, como lo hiciera hace algunas semanas Dolia Estévez, una periodista mexicana basada en Washington

El hecho es que probablemente tengan razón. No se trata de creer a ciegas lo que digan fuentes estadounidenses o impresiones de las que se burla la diplomacia rusa, sea la Embajada en México o la propia cancillería rusa.

La historia dice otra cosa. Se podría recordar el tema de Ramón Mercader (a) Jacques Mornard, que asesinó a León Trotsky en México y, según la tesis rusa, probablemente por iniciativa propia. 

O de aquel libro publicado en los años 90 que participó bajo el nombre KGB Guidebook to Cities of the World (Guía de la KGB para Ciudades del Mundo) donde veteranos agentes de la KGB contaban sus experiencias en sus países favoritos.

Para sorpresa de muchos que lo conocimos como un hombre amistoso y jovial, se trató de Pavel Yefremov, que pasó en México varios años en los 70 y 80 acreditado como corresponsal de la agencia Novosti. 

En años posteriores se ha sabido de actividades de reclutamiento de mexicanos por servicios rusos de inteligencia. Está el caso de Héctor Cabrera Fuentes, el científico mexicano que tan recientemente como en 2020 fue condenado y hoy cumple una pena de cuatro años en Florida por actividades ilegales.

O Gilberto López y Rivas, antropólogo mexicano expulsado de Estados Unidos por servir como correo para servicios de inteligencia soviéticos.

Si los servicios de inteligencia rusos no tienen agentes en México, acreditados o no como diplomáticos, sería un hecho tan excepcional como increíble.

México es un país "abierto", se encuentra en una vecindad estratégicamente importante con la potencia hegemónica del mundo, sin servicios de inteligencia que merezcan el nombre –excepto si se trata de espionaje político interno– y mucho menos de contrainteligencia o contraespionaje.

Los estadounidenses lo saben y lo han aprovechado, sobre todo, en temas relacionados con el combate a las drogas y tráfico de personas; se sabe de la presencia de agentes de inteligencia de otros países. 

Las sospechas estadounidenses sobre actividades rusas de espionaje se basan en el que consideran como injustificado aumento de diplomáticos rusos en México. 

Sería bueno creer que en nuestro país no hay actividades de espionaje extranjero, pero sería demasiado ingenuo tanto por su potencialidad propia como por su situación geográfica: al norte Estados Unidos, al sur los países centroamericanos, con sus propias tribulaciones.

Sería difícil creer que los servicios de inteligencia rusos, con una historia que se remonta a los zares y han demostrado ser tan eficientes como brutales, estén ausentes de México. 

Y menos en el régimen de un exagente de la KGB.

 

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM

@CARRENOJOSE1

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