Lo que me gusta de escribir esta columna es darle foro a la cultura del activismo y emprendimiento social. A las personas valientes que deciden hacer la diferencia, dejan atrás el discurso de culpar a otras, asumen responsabilidades y buscan soluciones.
Las noticias por la mañana nos recuerdan todas las cosas pendientes que tenemos en la agenda como humanidad: el cambio climático, la violencia, el maltrato infantil, son problemas mayúsculos que sentimos que de manera individual no hay manera de solucionar. Cierto es que las acciones de las instituciones tendrán mayor peso que la de una sola persona, pero esto no se trata de cifras, brindar oportunidades y experiencias únicas tan sólo a una persona ya es demasiado.
Jesús es un niño de siete años, reside en Tabasco y de bebé le diagnosticaron cáncer de ojo, al año le quitaron su primer ojo y a los cinco, perdió el segundo. La Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer (AMANC) le brindó ayuda para adquirir sus dos prótesis, que eligió de color azul, por ser del color del mar, el cual no tuvo oportunidad de conocer cuando aún podía ver. Aldo Farugia es corredor de causas sociales desde hace seis años, iniciativa que lo llevó a crear Comunal, agencia de impacto social que recauda fondos a través de las carreras deportivas en las que él participa con los ojos vendados. Recientemente está trabajando con AMANC en la incitativa Veo por ti, para proporcionar prótesis a más niñas y niños. Aldo al tener esta iniciativa con AMANC conoció a Jesús y quedó impresionado con la alegría y entusiasmo de este pequeño que perdió la vista pero no sus ganas de vivir. Conocer el mar era su sueño de Jesús, el cual Comunal hizo realidad.
La mayor lección que recibimos de una persona con cáncer es su resiliencia, no saben darse por vencidos, se intensifican sus ganas de vivir, se alimentan de esperanza. Un regalo que valoran es recibir motivación por medio de experiencias inolvidables.
El cáncer de ojo es común en la población infantil de los cero a los cuatro años. En México, existen más de 145 mil niñas y niños que han perdido la visión a consecuencia de esta enfermedad. El costo de una prótesis ocular va de los 30 mil a los 60 mil pesos, la población infantil más afectada es la de Chiapas, de zonas de escasos recursos.
La batalla de los mexicanos y mexicanas ante el cáncer de ojo, en primer lugar, es su detección, después su atención, así como la inclusión de los sobrevivientes que derivado de la enfermedad adquieren discapacidad visual. Formas de ayudar sobran, si eres médico, velar por el bienestar de tus pacientes, hacer buen diagnóstico y conocer los centros de ayuda donde las familias pueden recibir ayuda rápida. Como sociedad, ya existen 24 mil organizaciones no gubernamentales que impulsan proyectos para mejorar las condiciones de comunidades que lo necesitan.
Me atrevo a decir que todas y todos tenemos una causa, busca una organización confiable y súmate con dinero, con tiempo, con tu talento. No vas a cambiar al mundo pero si el mundo de una persona, superemos el inmovilismo, dejemos de criticar y ser espectadores, es momento de actuar. Más información de Comunal en: https://fundacioncomunal.org/
POR DULCE GALINDO VILLA
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