MALOS MODOS

La bendición de los pueblos mágicos

Nos informan que hay otros 45 pueblo mágicos. Que eso es buenísimo, subraya el secretario Torruco

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Nos informan que hay otros 45 pueblo mágicos. Que eso es buenísimo, subraya el secretario Torruco, jefazo del turismo patrio, porque los referidos pueblos son “importantes motivadores de viaje, atraerán mayores flujos turísticos y, en consecuencia, incrementarán la derrama económica, la inversión y el empleo”. El doctor Patán está de acuerdo.

Que vivan esos 45 nuevos “motivadores de viaje”, que elevan el total a 177. Aquí su doc, sin embargo, quisiera hacer un par de observaciones, en el entendido de que no es un experto en asuntos de turismo, sino apenas un viajero entusiasta y sobre todo un compañero de ruta cuyo único interés es que termine de cuajar la utopía de la 4T. 

La primera observación es que, de un modo sutil pero claro, habría que evitarle a los viajeros que se dejarán ir por multitudes a las “poblaciones locales” ese veneno que se conoce como “decepción”. En la experiencia del doctor, y aunque hay de todo, en general uno llega al pueblo mágico en cuestión con una expectativa de El señor de los anillos en versión mesoamericana: un pequeño enclave cultural híper coqueto, compuesto por los vestigios impecables de una o más civilizaciones primigenias y las exquisitas aportaciones coloniales, casas monísimas con flores y techos de teja, pobladores originarios adorables que arrastran canastas de fruta en mulas felices y restaurantes plenos de delicias de la cocina tradicional. Esa es la expectativa.

Lo que se topa es un cinturón de vulcanizadoras, depósitos de cerveza, botargas de Simi con altavoces a tope, policías municipales con la mirada entre agüevada y hostil, basura en las banquetas y harto ambulantaje, con productos chinos resultado del saqueo de tráileres, que impide caminar por las calles. Dentro del cinturón, chiquitita, una iglesia barroca con cristalería ochentera, un viejo ayuntamiento al que no puedes pasar porque son oficinas y un museo con fotos descoloridas que muestra la riqueza de los textiles de la región. Hay que ser claros, sí, con esta información. 

La segunda información que tendríamos que comunicar, igualmente, sin brusquedad pero con firmeza, es que nada te garantiza que vayas a llegar al pueblo mágico. Es decir, que los gringos, españoles o japoneses que decidan hacer un “recorrido” por la grandeza local mexicana tienen que saber que en ruta, por ejemplo, a Guerrero, Morelos, Chiapas, el Edomex, Michoacán, Colima, Guanajuato, Sonora o Zacatecas es probable que te topes con a) un secuestro a manos del crimen organizado; b) un rafagueo del ejército o la Guardia Nacional, que confundieron tu Prius rentado con un coche del cártel X; c) un bloqueo de ocho días de la CNTE, que exige la “basificación” de Y, o d) todas las anteriores. 

Por lo demás, gran noticia. Ahí les va la lana, compatriotas. Prepárense para administrar la abundancia. 

Por Julio Patán 

Colaborador

@juliopatan09 

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