DIPLONOTAS

Urge receta nueva para política exterior mexicana

El mundo se vuelve cada vez más complejo con EUA como la principal pieza del sistema en cuestionamiento. Por eso México se encuentra más cerca de la rivalidad global de lo que parece. Esto ocurre no porque México lo quiera, sino porque se le empiezan a acercar los rivales de EUA, como Rusia y China

Urge receta nueva para política exterior mexicana
Beata Wojna / Diplonotas / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

A veces me pregunto si México está preparado para funcionar en un mundo de rivalidades. Según la OTAN el entorno de seguridad del espacio transatlántico se caracteriza por “la rivalidad estratégica, la inestabilidad generalizada y las crisis recurrentes”. Además, con Rusia y China en medio, “seguimos enfrentándonos a amenazas cibernéticas, espaciales, híbridas y otras asimétricas, y al uso malicioso de tecnologías emergentes y disruptivas”. 

México parece alejado de este contexto. Por un lado, el país está inmerso en un “conflicto armado no internacional” con enfrentamientos entre los carteles de droga. Por el otro, la vecindad de los Estados Unidos, aunque no carente de problemas, le da a México una importante ventaja económica. 

Ahora bien, el mundo se vuelve cada vez más complejo con EUA como la principal pieza del sistema en cuestionamiento. Por eso México se encuentra más cerca de la rivalidad global de lo que parece. Esto ocurre no porque México lo quiera, sino porque se le empiezan a acercar los rivales de EUA, como Rusia y China, que ven al país como el Talón de Aquiles de Norteamérica. 

Apostar decididamente por lo multilateral fue la receta que México aplicó durante décadas como contrapeso a EUA. No obstante, lo que funcionó en el pasado no necesariamente servirá en el futuro. El sistema multilateral es cada vez más débil, y las relaciones de México con Latinoamérica carecen de contenido político y económico. Asimismo, la interdependencia con Estados Unidos es vital para ambos países. 

No hay propuestas fáciles para una política exterior mexicana. Muchos consideran que la prioridad debe ser la relación con EUA, reconstruir lo multilateral y lo latinoamericano y diversificar hacia Europa y Asia. Ahora bien, a mi modo de ver, lo crucial es también transformar la política exterior mexicana desde adentro. 

Primero, hay que reconstruir el mensaje desde México hacia el mundo unificando las voces, porque allá afuera escuchan no solo a la cancillería sino también al Presidente. La falta de consistencia en los mensajes que salen de los principales actores políticos mexicanos ha debilitado la posición regional y global del país. 

Segundo, es importante no maquillar demasiado. En todos los países la política exterior es en mayor o menor medida una “maquillista” que ayuda a vernos mejor. No obstante, exagerar en esta práctica lleva a la pérdida de credibilidad. Por ejemplo, promover la política migratoria abierta en el extranjero debe ir acompañado por mejoras sustanciales de política migratoria mexicana. Tampoco hay muchos que realmente creen en los logros de la política exterior feminista en un país tan machista. 

Tercero, en la política exterior hay que ir siempre más allá de los traumas que impone la experiencia histórica. México es un país que sufrió de colonización y pérdidas territoriales. No obstante, tantos otros países de África, Asia y/o Europa también sufrieron. Tenerlo presente ayuda a mejorar el proceso de toma de decisiones en la política exterior.

 

POR BEATA WOJNA

PROFESORA DE RELACIONES INTERNACIONALES TEC DE MONTERREY

@BEATAWOJNA

LSN

 

Temas