Los partidos políticos existen para llegar al poder. Cuando un partido no tiene suficiente presencia, tiene la opción de vincularse con otros. Esto se conoce como alianza electoral.
Una alianza electoral sucede cuando, de forma temporal, dos o más partidos presentan un perfil común con la finalidad de crecer sus expectativas de éxito. Éstas pueden darse a nivel federal o local y aplicar para cualquier tipo de elección en el país. Dicho tipo de uniones es posible gracias a las pocas restricciones oficiales sobre la organización y la actividad política que hay en México. Y, aunque son escasas, las reglas están regidas por la Ley General de Partidos Políticos (LGPP).
Se trata, también, de una característica principal de la política en términos de Ernesto Laclau pues, según dice, para que la política se mantenga viva, las diferencias deben ser capaces de articularse. Sin embargo, uno se podría preguntar: ¿qué podemos esperar de alianzas en las se contradicen los principios de los partidos que la conforman?
De ahí que uno de los puntos más importantes de la LGPP indica que, para conformar una alianza, los partidos deben pasar por un proceso interno y convenir con cada propuesta. Una vez aprobadas, es posible afianzarla.
Entre otras cosas, esto significa que los partidos que compiten juntos no solo se tienen que organizar y plantear un proyecto común para elegir una candidatura que consideren atractiva para la población, sino que más importante, la decisión debe satisfacer a las fuerzas políticas que la integran.
Dicho esto, vale diferenciar entre dos formas en se presentan las alianzas: coalición y candidatura común. Entre las principales distinciones, está que las segundas requieren de menos acuerdos, pues dependen de las legislaciones locales, normalmente son menos estrictas, no establecen mínimos de candidaturas comunes y tampoco exigen registrarla con anticipación. Por otro lado, las coaliciones presentan una sola plataforma política. Es decir, un mismo documento en el que plasman su identificación de los problemas que aquejan al territorio y proponen una resolución.
Otra variación es la forma en que los contendientes aparecen en las boletas electorales, pues si se trata de una coalición, aunque tengan una misma candidata o candidato, cada partido se muestra de manera independiente; mientras que si es una candidatura común hay un solo recuadro. Por eso, la candidata de “Va por el Estado de México” estaba 4 veces en la boleta, mientras que la de “Juntos Haremos Historia en el Estado de México” una sola. Entre otras consecuencias está la repartición de votos, lo que puede repercutir en la preservación de los registros y prerrogativas de los partidos. Por ejemplo, el PRD perdió registro en el estado mencionado.
Aliarse en coalición o candidatura común, puede costar el poder.
POR MARLENE MIZRAHI
COLABORADORA
@MARLENEMIZRAHI
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