Definiciones

Depurar la lista de aspirantes

Hay una lluvia de manos levantadas. Todos quieren ser candidatos. Todos creen que pueden. Pero la verdad es que no

Depurar la lista de aspirantes
Manuel López San Martín / Definiciones / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Hay una lluvia de manos levantadas. Todos quieren. Todos creen que pueden. Pero la verdad es que no. La realidad es que se cuentan con los dedos de una mano, y sobran, los aspirantes que podemos considerar en serio como potenciales candidatos a la Presidencia por la alianza Va por México. 

Si en Morena hay seis corcholatas, y más de la mitad no tendrán más que la aventura electoral —y algún cargo— como anécdota de vida, en el Frente que conforman PAN-PRI-PRD, de los casi 20 interesados en la candidatura, sólo unos cuantos tienen posibilidad real de llegar a la boleta. Vivimos en junio de 2023, pero como si estuviéramos en pleno 2024 electoral.

¿Quién va a ser el candidato de la alianza opositora? ¿Alejandro Alito Moreno? ¿Claudia Ruiz Massieu? ¿Beatriz Paredes? ¿Enrique de la Madrid? ¿Ildefonso Guajardo? ¿José Ángel Gurría? ¿Alejandro Murat? ¿Santiago Creel? ¿Xóchitl Gálvez? ¿Lilly Téllez? ¿Gabriel Quadri? ¿Francisco García Cabeza de Vaca? ¿Maru Campos? ¿Miguel Ángel Mancera? ¿Silvano Aureoles? ¿Demetrio Sodi? ¿Gustavo de Hoyos? Por entusiastas no paramos…

Hay un cuello de botella, entre la pauperización de la política, y la ambición que está a la orden del día. Depuremos la lista. Ellos tendrían que hacerlo, pero su enredado método no se los permitirá fácilmente.

 Si Morena definió tres sencillos pasos, que cualquiera entendería: 70 días de recorridos (campaña), cinco encuestas —una del partido y cuatro de empresas privadas— a finales de agosto, y tener resultados el 6 de septiembre; la alianza confunde hasta a los propios aspirantes a la candidatura con el mecanismo anunciado: el primer requisito es presentar 150 mil firmas. Aunque aún no sabemos detalles, pues se anunciarán hasta la próxima semana, imaginamos que deberán responder, al menos, las siguientes preguntas: ¿quién validará los apoyos?, ¿quién revisará que no sean duplicadas o inventadas?, ¿quién garantizará eso?, ¿con qué padrón?, ¿qué pasará si un ciudadano firma para dos aspirantes? En fin.

 Los que consigan las firmas, pasarán a un foro. Luego, se levantará una encuesta nacional para determinar quiénes son los tres más competitivos. Esa tercia pasaría a la siguiente etapa. En paralelo se formaría un comité —con integrantes de las cúpulas de partidos y “representantes de la sociedad civil”—, que organizaría elecciones primarias. A la par, se llevarían a cabo cinco foros en los que no podrán hablar de propuestas, pues la ley no lo permite. ¿De qué hablarán, entonces? Después se aplicaría una última encuesta a la que se le asignaría un valor de 50%, y el otro 50% se otorgaría a los resultados de las elecciones primarias.

 Al ganador le darían el título de Responsable Nacional para la Construcción del Frente Amplio Opositor, que en realidad sería el candidato presidencial. Lo conoceríamos el 3 de septiembre.

¿Quién podría ser? Los más competitivos en las encuestas: Xóchitl Gálvez, Santiago Creel, Lilly Téllez, Claudia Ruiz Massieu, Beatriz Paredes, Enrique de la Madrid y Miguel Mancera.

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN

M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM

@MLOPEZSANMARTIN

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