No existe política pública económica más neoliberal para un gobierno que la creación de incentivos fiscales. Bajar los impuestos a los empresarios es la receta más recurrente para atraer inversión y hacer competitivo a un país. Y eso es precisamente lo que anunció la presidenta Claudia Sheinbaum ayer en el Museo de Antropología: un plan que, en esencia, reduce la carga fiscal a las empresas con objeto de que vengan a invertir a México. Un plan con esencia neoliberal.
El Plan México para estimular la industrialización del país e insertarla entre las primeras diez economías del mundo merece atención. Es un plan que reconoce la esencia del sistema económico capitalista, el valor del empresariado en el crecimiento económico y, en consecuencia, pone a las empresas privadas al centro de la actividad económica. Por eso revive las asociaciones público-privadas (como en el caso de las inversiones en proyectos de infraestructura, o las inversiones para generación eléctrica).
Entre lo más destacado del Plan está el llamado “Decreto Nearshoring”, que existe desde el año pasado y permite la depreciación acelerada de toda inversión nueva en activos fijos, reduciendo efectivamente la tasa de impuesto a pagar para empresas que inviertan en maquinaria, edificios, equipo y fábricas. Nada más neoliberal. Asimismo, el decreto para los “Polos de Bienestar” también habla de estímulos fiscales y de un régimen aduanero especial. Más neoliberalismo.
¿Alcanzarán estos estímulos y decretos para insertar a México entre las primeras 10 economías del mundo? Lo que tendríamos que ver para validarlo sería una oleada de anuncios de inversión a partir de ahora. A decir de los empresarios presentes ayer en el evento de lanzamiento, el plan tiene sentido y es avalado por la gente de dinero. Figuras empresariales como Salvador Daniel, Ángel Losada, Antonio Del Valle, Mónica Aspe, Eduardo Tricio, Agustín Coppel, Carlos Slim Domit, Daniel Servitje, Alejandro Ramírez, y una constelación amplia de estrellas del dinero aplaudieron ayer no solo el plan, sino el diagnóstico con el que arrancó Rogelio Ramírez de la O: China se pasó de la raya a costa del crecimiento de los países de Norteamérica.
No es coincidencia que este plan se haya presentado siete días antes de que Donald Trump regrese como presidente a la Casa Blanca. El Plan México es nacionalista y, en cierta medida, proteccionista; pero no inadecuado. Eso sí, si cumple su propósito arrojará decenas de empresarios grandes en los siguientes años. Ojalá.
CFE
Durante este sexenio habrá 145 proyectos nuevos eléctricos específicamente dedicados a temas de transmisión. Serán desarrollados por parte de la Comisión Federal de Electricidad de Emilia Calleja, de acuerdo con lo que informó la Presidenta durante el lanzamiento del Plan México.
POR: CARLOS MOTA
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