Hablar de Argentina es evocar a un pueblo lleno de confianza y autoestima. Una nación que durante las grandes guerras fue considerada y nombrada como “el granero del mundo”; una sociedad volcada con sus deportistas, más aún si estos son futbolistas, con íconos mundiales como Maradona y Messi, quienes provocan el revuelo a nivel mundial. También los tenemos en el concepto de una población culta, con Borges y Cortázar como sus mayores exponentes, sin olvidar a la gran Mafalda, de Quino; el reconocimiento del tango con Gardel, su comida y paseos; de igual manera, es hablar del Ché, Perón, Videla, Sarmiento, todas los conflictos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y sus crisis económicas habituales.
Este año los argentinos vuelven a las urnas para elegir a su próximo presidente, quien tomará posesión el próximo 10 de diciembre. Por lo que el 13 de agosto se celebran las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), mientras que los comicios generales son el 22 de octubre y en caso de una -muy probable- segunda vuelta, la votación será el 19 de noviembre. Por lo que en estos momentos, en la Argentina solo se habla del destino de Messi y de los comicios venideros, los correspondientes cierres de listas y respectivas alianzas.
Hoy los nombres que resuenan son los de la vicepresidenta actual, Cristina Fernández de Kirchner, representando al Frente de Todos (FdT), quien daría continuidad al gobierno de Alberto Fernández -mismo que hoy mantiene 70 por ciento de negativos-, pero sobre todo, al de su difunto esposo Néstor Kirchner y a su movimiento en toda Argentina, “el kircherismo” (la famosa k). Enfrente tiene a la coalición Juntos por el Cambio, una alianza situada en el centro-derecha dentro del cartesiano político, y al ultraderechista Javier Milei. Las encuestas de mayo retratan un triple empate técnico entre las propuestas, situación muy complicada para todo el entorno político.
Sin embargo a quien más preocupa dicho empate es al presidente y a FdT, pues aunque suene muy fuerte el nombre de la vicepresidenta, no es la favorita de Alberto Fernández, quien tiene como a su persona de mayor confianza al embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, un ex campeón mundial de motonáutica quien quiere llegar a la Casa Rosada. Asimismo, el ministro de economía, Sergio Massa, es el precandidato al que apoyan los gobernadores peronistas y en quien tienen toda la confianza para suceder a Fernández.
La disputa más férrea se da dentro del peronismo, lo que sea que esto signifique. Es que en el ámbito político el peronismo es, en palabras del periodista y escritor, Martín Caparrós, “es la máquina más perfecta para acumular y conservar el poder, del guevarismo al populismo; del esoterismo al neoliberalismo y así sucesivamente. El kirchnerismo es otra faceta del peronismo. En esto llevamos 70 años”, por lo que su desgaste es estrepitoso, sin embargo al pueblo tampoco le fue bien con el arribo de Macri. Así, las y los argentinos están de vuelta ante una elección del peronismo o de su espejo, uno que tampoco ha sabido resolver sus problemas más añejos. Es comprensible su viraje hacia cualquier otra propuesta política y lo es más su constante pensamiento en Messi.
POR ADRIANA SARUR
COLABORADORA
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