Definiciones

El infierno cubano aplaudido por AMLO

Ni los cubanos quieren vivir en Cuba, pero al presidente le parece un lugar fantástico para vivir

El infierno cubano aplaudido por AMLO
Manuel López San Martín / Definiciones / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

'Cuba es para irse a vivir allá, je, je, je. Miguel… y siempre nuestra solidaridad, siempre nuestra solidaridad con Cuba", dijo hace unos días el presidente López Obrador en la reunión virtual de la Alianza de Países de América Latina y el Caribe.

Ni los cubanos quieren vivir en Cuba, pero al Presidente le parece un lugar fantástico para vivir.

Hace rato que López Obrador tiene la brújula perdida en ese terreno. Unas semanas atrás, el gobierno de México aplaudió al dictador. Lo apapachó. Arropó a quien ha violado derechos y libertades, y dejado muerte y pobreza a su paso. El presidente abrazó a Miguel Díaz-Canel; lo condecoró, entregándole la Orden mexicana del Águila Azteca, el mayor reconocimiento a un extranjero.

"Usted, presidente, Díaz-Canel, es para el gobierno que represento, para el gobierno de México, un huésped distinguido, admirado y fraterno", dijo el Presidente en aquel momento, en Campeche.

¿Huésped distinguido? ¿Admirado? ¿Cuba, un gran lugar “para irse a vivir allá? Nada de eso.

No hay nada que admirar en Díaz-Canel. ¿Qué puede admirarse de un dictador? ¿Qué puede reconocerse de la cabeza del gobierno que más personas encarcela por motivos políticos en el mundo? ¿Qué se le puede aplaudir a quien viola sistemáticamente los derechos humanos y atropella las libertades? Los cubanos siguen siendo vigilados por el régimen, perseguidos y encarcelados.

¿La Isla está como “para irse a vivir allá”? Lo dudo. Ahí se acalla, persigue y encarcela a los críticos, no hay libertad, mucho menos democracia. No hay libertad para pensar distinto al régimen que lo controla todo. No hay libertad de expresión. No hay libertad de asociación. No hay libertad de manifestación. No hay libertad para formar organizaciones o partidos políticos. No hay libertad para emprender. No hay libertad de tránsito. No hay libertad para entrar y salir del país.

Tampoco hay derechos elementales. No hay derecho a la propiedad privada, por ejemplo. No hay derecho a juicios justos. No hay, siquiera, lo más básico: medicamentos y alimentos. Las raciones y abasto son controlados por el gobierno.

Antes de la toma del poder por parte de Fidel Castro, por ejemplo, el PIB per cápita cubano era prácticamente igual que el de España. Hoy, 60 años después, el PIB es seis veces menor. El régimen le raciona los alimentos a cada cubano. Al mes, una persona solo puede comprar cinco huevos, kilo y medio de arroz, una botella de aceite, un kilo de azúcar y otro de frijoles, medio kilo de pollo… pero a veces ni eso hay. El salario promedio en la Isla apenas alcanza los 10 dólares mensuales. Un litro de leche, por ejemplo, cuesta tres dólares. Un kilo de carne, más de dos veces el salario de un mes. La principal responsabilidad es de un gobierno opresor.

Los cubanos sobreviven una dictadura. Cuba está lejos de ser el paraíso que algunos quieren vender. Es un infierno para sus ciudadanos.

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM
@MLOPEZSANMARTIN

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