En 2021, ARCO, la feria de arte contemporáneo más importante de España, decidió impulsar la presencia de mujeres con la iniciativa “Proyectos de Artistas”, espacio que mostraba obra de creadoras, como un intento por equilibrar la igualdad de género.
Este año, en contraste (con 211 galerías), la directora de la feria, Maribel López, decidió prescindir de espacios específicos. A su juicio, las galerías “han introducido más mujeres”, con lo que la misión está cumplida. Además, ha dicho que el planteamiento le parecía “muy binario” y “demasiado reductor”, y que se convertía en una especie de posicionamiento de “mujeres contra hombres”. Aunque no hay cifras recientes, en 2018 la Asociación de Mujeres de las Artes Audiovisuales, indicó que sólo 19 % de los artistas en ARCO fueron mujeres, por lo que resulta difícil creer que en cinco años se alcanzó la paridad.
Manuel Borja-Villal, director del Reina Sofía, ha dicho que esta desigualdad se debe a que seguimos hábitos adquiridos, con ideas aprendidas previamente y que no se solucionara con cuotas de género. Sin embargo, es fundamental crear nuevos caminos para que las próximas generaciones conozcan el trabajo de las mujeres y demostrar que sus creaciones son tan buenas que las de los hombres. Estudios españoles indican que la presencia femenina en las carreras de Bellas Artes sobrepasa 70%, pero únicamente tienen 25% de representación en ferias. No es un tema de calidad, sino de hábitos hegemónicos y de cómo las tácticas de la ideología patriarcal siguen presentes.
Ninguna estrategia feminista, que no este acompañada por una discriminación positiva, tendrá un efecto que dure; la estrategia se quedará en mera simulación si no va acompañada de acciones integrales que atajen a toda la industria. No pensar en colectivo deja la responsabilidad en manos de los públicos y, peor aún, en aquellos con un interés previo.
POR MELISSA MORENO
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