No sé cómo será la relación de los dueños de las casas donde trabajan las personas de este ramo en otros países, pero en México muchas se convierten en parte de la familia. Aquí tenemos la costumbre de tener a alguien que nos ayude a arreglar la casa, a cocinar y hacer una cantidad de cosas cotidianas para que nosotros podamos tener más tiempo.
La clave aquí es que estamos comprando horas y tranquilidad para salir a trabajar o para hacer cualquier otra cosa que no tenga que ver con las labores del hogar. Mantener la casa limpia es complicado y requiere del conocimiento de varias técnicas especiales para que las cosas queden mejor de como las dejamos. Aunque algunos de nosotros sabemos hacer más o menos bien esas labores, otros ni siquiera pueden debido a algún impedimento.
Es aquí donde en algún momento de nuestras vidas, los mexicanos encontramos a alguien que nos ayude a administrar y a mantener el orden y la belleza de nuestro entorno a cambio de tener el gusto de generar una plaza laboral.
En lo personal tengo algunos buenos trucos para limpiar y soy una consumidora fiel a los líquidos de limpieza con los que me casé hace más de veinte años. Nada mejor para desincrustar mugre que el amoniaco de Ajax amonia o el poder desengrasante de Salvo para los platos sucios. Los trapos de microfibra de la Merced o las telas para tallar los trastes que venden en los tianguis son mis favoritos porque son delgados y no acumulan tanta cosa, aunque de todas maneras los cambio cada mes. Compro los medianos que son los que puedo cortar en dos, así por la cantidad de $10.00 en vez de uno tengo dos.
Pero hasta en eso cada quién tiene sus herramientas consentidas. Carmela, por ejemplo, se enojó la última vez que vino porque no tenía su Fabuloso ni un trapeador en forma, sin recordar que la anterior vez a esa ocasión fue hace cinco años y que yo trapeo con jalador y jerga.
A ella la conocí por un amigo que estaba contento con ella y de pronto ya estaba colaborando conmigo. Me encantó ver la decisión con la que comenzó a juntar todas las cosas que estaban fuera de lugar, como si ya supiera dónde ponerlas. Luego siguió escaneando mi casa para calcular desde dónde se iba a arrancar a barrer el piso completo. Parecía malencarada al principio pero mi gato la amó desde el primer momento y ella a él, así que Boris y Carmela sostuvieron una linda amistad intermitente por algunos años. Por un tiempo nos perdimos de vista pero la encontré de nuevo en el mercado de la Escandón. Ahí me pasó su contacto y restablecimos nuestra relación.
En fin, la verdad es que me gusta mucho su compañía y su carácter porque es fuerte y talentosa. Tener a alguien que cuide de ti y de tu casa es un gran privilegio, aunque lo puedas pagar. A veces se complica la economía y tenemos que prescindir de esa persona entrañable que no sólo está ahí para tender la cama porque también hace de tu vida algo mucho mejor. Te ayuda a recuperar el tiempo que necesitas para tener una mejor calidad de vida, a arreglar el desorden que tanto te deprime y por eso se convierte en alguien especial para toda la familia.
Hoy 30 de marzo se conmemora el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar porque es necesario promover el trabajo del hogar y las acciones que reivindiquen los derechos de quienes lo realizan, que en su mayoría son mujeres. Así que les recomiendo que tengan un pensamiento especial para quienes han estado metidos hasta la cocina de nuestra vida en diferentes etapas, porque además de mantenerla menos de cabeza, la mayoría de las veces nos han dado amor, respeto, cariño y un motivo más de alegría cada vez que la escuchamos abriendo tu puerta con sus propias llaves.
POR JULEN LADRÓN DE GUEVARA
CICLORAMA@HERALDODEMEXICO.COM.MX
@JULENLDG
PAL