Me resulta estremecedor el asesinato de una niña a manos de una compañera de aula. El video que ha sido ampliamente difundido, muestra la pelea de las estudiantes y se escucha el azuzamiento festivo de los otros adolescentes que decidieron no intervenir, y con placer morboso presenciaron la macabra escena en donde la abusadora golpeó en varias ocasiones el cráneo con una piedra.
Posteriormente vi el testimonio de la hermana de la pequeña fallecida, en donde aseguró que las agresiones habían sido reportadas a los directivos de la institución escolar, sin embargo es evidente que existió caso omiso pues la escalada de violencia culminó en un crimen que se pudo evitar si las autoridades escolares hubieran tomado las medidas disciplinarias correspondientes a las agresiones previas.
Es indignante que profesores y directivos se tomen a la ligera este tipo de quejas y no le presten la atención debida a cualquier indicio y alertas sobre abuso verbal, moral y físico.
Ningún niño, ningún adolescente debe ni merece sufrir de estos agravios; nadie debería quedarse callado y las más mínimas señales deben ser atendidas y sancionadas por las jerarquías magisteriales.
Las consecuencias de los menores que son abusados son múltiples y puede abarcar desde deterioro en el rendimiento escolar, pérdida de autoestima, deserciones, depresión y hasta los funestos suicidios y asesinatos. El acoso escolar es potencialmente mortal y los victimarios no sólo son los condiscípulos, sino que también pueden ser algunos profesores que basados en su posición de mando se atreven a humillar y agredir a sus alumnos.
Si usted identifica que su hijo está pasando por un episodio de acoso escolar, no basta con aconsejarles que ignore a su agresor, usted tiene que tomar cartas en el asunto para exigirle a la autoridad educativa que intervenga, preguntarle qué acciones se han tomado para proteger a su hijo y qué respuestas se han ofrecido para tratar el problema y darle la asistencia necesaria al acosador antes de que se convierta en un criminal.
Recuerden que su hijo puede tener miedo de revelar detalles: lo primero que debe hacer es darle tranquilidad y explíquele que los adultos están ahí para ayudarlo y poner fin a la violencia que está experimentando.
Por esta razón, me he unido al punto de acuerdo parlamentario propuesto por la diputada Mariana Nassar, en donde exhortamos a la Secretaría de Educación Pública y al Sistema Nacional de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes; para que realicen medidas eficaces para prevenir y erradicar el acoso escolar. La crudeza de las estadísticas de abuso en las escuelas y la fatalidad de las consecuencias, son señales inequívocas de que las autoridades escolares están fallando; y sus omisiones y negligencias pueden ser causa de muerte de menores de edad.
POR LORENA PIÑÓN RIVERA
Diputada federal
@lorenapignon_
MAAZ
