COLUMNA INVITADA

Con prisa no se llega a ningún lado

Desde niña he pensado que el mundo se divide en dos: entre aquellos que aman y aquellos que destruyen

OPINIÓN

·
Mónica Salmón / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Desde niña he pensado que el mundo se divide en dos: entre aquellos que aman y aquellos que destruyen. De niña veía las cosas en blanco y negro, las personas eran  buenas o malas, creo que eso es lo más fácil para poner las cosas claras desde la perspectiva de una niña que está descubriendo la vida. Partiendo de una plataforma de valores, ya con el tiempo crecí y me di cuenta de la infinidad de tonos que hay entre el blanco y el negro. Pero con el tiempo he extrañado esa simplicidad de pensamiento, esa sencillez que tenía de pequeña para sorprenderme del mundo y dejar claro lo que no me gusta y lo que siento que no es correcto.

Quiero confesar que de pronto me visita ese pensamiento sencillo, dual, sobre todo mientras me baño. Es como si el agua tuviera una magia que hace que las ideas corran, me visiten sin pedir permiso, me inviten al juego de seguir con la mirada las  gotas y ver cómo recorren mi piel hasta que desaparecen y yo entro en el microuniverso de una maravillosa gota de agua. Entonces desde ahí parto para ver la magia con la cual vivimos, pero estamos distraídos, estamos muy ocupados.

Me pierdo en dos átomos de hidrógeno adheridos a uno de oxígeno y trato de entender que la manera más sencilla de formar una gota es permitir que el líquido fluya suavemente hacia el borde de algo. Desde ahí regreso de inmediato a mi pensamiento de infancia donde todo era más claro y sencillo, o al menos eso parecía. Había tiempo de perderse en el universo de las flores, de las plantas, de las formas de las nubes. Había tiempo en la tarde para un helado. La conquista tomaba un tiempo, los encuentros tenían una historia. Hoy la gente se ve enojada, de prisa, frustrada y vuelvo a mirar con esa división en mi mirada adulta cuando el mundo se vuelve a dividir en dos, entre los que observamos una gota de agua correr y los que no tienen tiempo para nada.

A los que observamos esa gota correr nos urge encontrar ojos mirándonos de frente, no pantallas; nos urge encontrar sonrisas que nos hagan sentir en casa; nos urge mirarnos, validarnos, entender que cuando me miras existo y afianzó mi existencia y que cuando te miro existes. Es que en realidad no se llega de prisa a ningún lado, se llega más lejos en calma y observando. Se llega más lejos tomándonos el tiempo de mirar esas gotas correr hacia el borde de algo.

Siento que esa es la dirección y el camino que nos va a volver a llevar a maravillarnos de que la vida, al igual que la gota, recorre un camino, y el mensaje es que lo bueno como lo malo es transitorio, ninguna gota es permanente como ningún trabajo o ninguna situación lo es. La gota nos enseña su corto camino al igual que el nuestro.

Te invito a tratar de no ir tan de prisa.

POR MÓNICA SALMÓN

Psicóloga Escritora

Instagram. @monicasalmon_ 

MAAZ