COLUMNA INVITADA

Firmeza contra los disparates republicanos

Afortunadamente, por el bien de la relación bilateral y con sensatez política, la Casa Blanca rechazó las propuestas de dichos legisladores, postura que fue compartida por la propia DEA

OPINIÓN

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Benjamín Robles Montoya / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

A estas alturas ya debería estar claro que el problema de las drogas no es un mero asunto de policías y criminales, sino que se trata de un negocio transnacional, -ilícito, sí, pero negocio al fin y al cabo- que como tal, responde a las leyes de la oferta y la demanda.  Estados Unidos constituye uno de los mayores mercados en el planeta y el principal para los cárteles mexicanos, así que si existe un gran tráfico hacia la Unión Americana, es porque ahí existe también demanda en la misma proporción; no hay que ser un erudito para darse cuenta.   

Según el Informe Mundial sobre las Drogas 2022 de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, las muertes en EU por la epidemia (sí, lo califica como epidemia) de uso no médico de fentanilo aumentaron de 92 mil en 2020, a más de 107 mil en 2021; esto evidencia que EU tiene un extendido problema de adicciones que da paso a una gran demanda, que a su vez posibilita la producción y el tráfico. Es, pues, un fenómeno de vertientes diversas, el delincuencial, el económico y el de salud pública.

Pero para un puñado de legisladores republicanos, -tradicionalmente acostumbrados a pensar que las armas de fuego y los balazos son la solución a todo- las vertientes económica y de salud parecen no existir y enfocan sus propuestas en el disparate de que tropas norteamericanas entren como Juan por su casa a territorio mexicano a bombardear a los cárteles, posturas absurdas y plagadas de un peligroso fundamentalismo ideológico que pone en evidencia su ignorancia y sus vetustas concepciones imperialistas.

Nada han dicho sobre la alta demanda generada por las adicciones en su país. O ignoran la problemática, o la conocen y utilizan a México como pretexto de un discurso con tintes electorales, lo cual también resulta deleznable, y en sus obsesiones armamentistas creen que invadiendo un país en contravención al derecho internacional y lanzando misiles, terminarán por arte de magia con el narcotráfico y con los adictos en su país. Una aberración.

La respuesta del Presidente López Obrador fue de dignidad y defensa de nuestra soberanía nacional, rechazando categóricamente los dislates de los congresistas republicanos, quienes con sus aseveraciones hicieron alarde de un profundo desconocimiento de la problemática real del tráfico de drogas entre ambos países. Incluso uno de ellos, con esquizofrenia política y pobreza intelectual, hizo un video en el que se atrevió a decir que el Presidente defiende a los cárteles, pero le pidió aceptar la ayuda de Estados Unidos contra ellos. Si cree que los protege ¿por qué entonces le propone trabajar juntos?   

Afortunadamente, por el bien de la relación bilateral y con sensatez política, la Casa Blanca rechazó las propuestas de dichos legisladores, postura que fue compartida por la propia DEA.

Ante la irracionalidad de los legisladores republicanos, el gobierno de AMLO responde con política y una estrategia diplomática que incluye al Embajador y cónsules en EU. En la 4T no permitiremos ninguna falta de respeto a la independencia y soberanía nacionales, ni a la dignidad del pueblo mexicano. México no es el traspatio de EU.

POR BENJAMÍN ROBLES MONTOYA

COLABORADOR

@BENJAMINROBLESM

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