A finales de la semana pasada Xi Jinping fue reelecto para un tercer mandato como presidente de la República Popular China, de manera unánime la Asamblea Nacional Popular (ANP) decidió otorgarle un nuevo periodo, esto debido a una reforma constitucional que la propia Asamblea aprobó en 2018 al eliminar el límite de reelección por dos mandatos; sin esa reforma, Xi habría dejado este año el poder. Jinping asumió su primer mandato en 2013 y se reeligió en 2018, por lo que acumula ya diez años siendo no solo presidente, es también secretario general del Comité Central del Partido Comunista y presidente de la Comisión Militar Central.
Cabe decir que, para dimensionar la concentración de poder en un órgano estatal, la Asamblea está compuesta por unos tres mil integrantes, tiene entre sus funciones la de legislar, nombrar funcionarios públicos y resuelve los principales problemas del Estado.
China se asume constitucionalmente como un Estado socialista y es gobernada solo por el Partido Comunista de China, por lo que la ANP está compuesta por integrantes de un partido único. En octubre de 2017, durante el XIX Congreso Nacional del Partido Comunista de China, en el que participaron más de 2,300 delegados, fue elegido el nuevo Comité Central del Partido para dirigirlo por un periodo de cinco años. En este Congreso, dice los enterados, se consolidó el poder de Xi Jinping.
Además de ser uno de los países más extensos, antiguos, es uno de los más poblados del mundo, China es también una de las potencias económicas globales; su organización territorial se divide en tres niveles: provincias, distritos y cantones. La República Popular tiene su origen con el fin de la guerra civil de 1949, cuando el Partido Comunista toma el control de diversas zonas estratégicas, desde entonces no ha habido jefe de Estado chino que lleve más tiempo que Xi.
Durante el tiempo que ha durado el conflicto bélico por la invasión de Rusia a Ucrania, Xi Jinping ha actuado estratégicamente para no comprometer demasiado a su país, inicialmente se esperaba que apoyaría a Rusia sin cortapisas, sin embargo, se moderó y no respaldó por completo a Vladimir Putin en su empresa; sin duda, el apoyo decidido de China a Rusia habría modificado sustantivamente la respuesta de la OTAN y Estados Unidos. No obstante, tampoco se manifestó en contra de la invasión. Todo parece indicar que China ha ofrecido ayuda para que Rusia tenga una salida decorosa del conflicto de cara a la elección presidencial de marzo de 2024 en este último país.
Sin duda, Xi es uno de los personajes contemporáneos que, como Putin y otras figuras latinoamericanas han modificado las constituciones de sus países para extender sus mandatos lo más posible.
POR ABELARDO RODRÍGUEZ DESALES
SOCIÓLOGO
PAL