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La guerra Rusia-Ucrania: Un año y contando

La invasión rusa a Ucrania dinamitó el orden global. Impactos internacionales, interregionales

La guerra Rusia-Ucrania: Un año y contando
Rina Mussali / Enlace Comexi / Opinión El Heraldo de México Foto: Foto: Especial

La invasión rusa a Ucrania dinamitó el orden global. Impactos internacionales, interregionales, temáticos y sectoriales se plasman en los campos geopolítico, económico, tecnológico, comercial, diplomático, humanitario e informativo. Una guerra que abarca todo y a todos porque subyacen involucradas potencias centrales y sistémicas, poderes medios y regionales, así como los países menos desarrollados, receptores del desajuste global.  

Para entender la guerra en sus primeros 365 días, debemos desmenuzar, decodificar, analizar, transparentar y vincular las distintas dimensiones del conflicto y el juego multifacético. A la guerra hay que comunicarla para que no caiga en la fría normalización. El mundo está de cabeza y cambiará dramáticamente. Europa, la OTAN, Rusia y Ucrania son otros. Occidente sufre una metamorfosis con el imperativo putinista que los unió y que Joe Biden acreditó en un bloque anti-ruso.

A la Europa militarista se le suma China, quien enfrascada en una rivalidad con Washington recalcula sus pasos sobre Taiwán. Esta conflagración híbrida, que se juega en distintos tableros y niveles, genera altos costos para la gobernanza global. El intento de Putin por cambiar el statu quo profundiza la crisis del multilateralismo y la pérdida de relevancia de la ONU. Con la guerra no hay espacio para impulsar la cooperación internacional.

Nunca nos imaginamos una guerra indiscriminada y a gran escala. Aun cuando los ucranianos han podido frenar el expansionismo ruso con gran valentía y coraje, no sabemos cuál será el desenlace, pero promete no detenerse. La historia demuestra que los países precisan cuándo iniciar una guerra, pero no el momento para salir de ella. Los próximos meses serán cruciales con los beligerantes asumiendo los costos, duración y soporte de la guerra, un cálculo que deberá ir apegado a los intereses nacionales.

Jens Stoltenberg, Secretario General de la OTAN, ha señalado que “el camino más rápido hacia una solución negociada es continuar apoyando a Ucrania con armas para potenciar su fuerza en el campo de batalla” y cambiar la correlación de fuerzas en la mesa negociadora. Consolidar posiciones, conquistar y/o defender territorio es la clave. Este mega shock internacional tampoco puede comprenderse a cabalidad si menospreciamos la amenaza nuclear latente con una carrera armamentista desenfrenada y una crisis del régimen de no proliferación que, ante el mínimo error de cálculo, podría desencadenar una Tercera Guerra Mundial.

Al parecer la única garantía de seguridad para los países es incrementar sus niveles de ambición en detentar poder nuclear con fines militares, una doctrina militar justificada en el "escalar para desescalar”. Adiós al régimen de no proliferación y bienvenidos al tsunami geopolítico que promete una nueva era en las relaciones internacionales.

POR RINA MUSSALI

Coordinadora de la Unidad de Estudio y Reflexión de la Guerra Rusia-Ucrania, COMEXI 

@Rina Mussali

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