DIPLONOTAS

El regreso de China

Es un socio comercial crucial para las economías de América del Sur y para muchos países africanos

OPINIÓN

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Beata Wojna / Diplonotas / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Después de asegurar el tercer mandato presidencial de Xi Jinping y de finalizar la política de cero COVID, todo indica que China intenta regresar al escenario mundial con buena cara y mensajes positivos. El cambio de retórica inició en la reunión de los presidentes de China y Estados Unidos en noviembre, en Bali.  Tanto Xi como Biden se esforzaron para demostrar la disposición para mejorar comunicaciones entre las dos partes después del grave empeoramiento de las relaciones por la crisis de Taiwán y la invasión rusa a Ucrania, sumados a otros problemas ya existentes.

Hoy está claro que lo que muchos denominan como “la diplomacia de la sonrisa” ha permeado en muchos niveles de las relaciones de China con el mundo. Por ejemplo, el nuevo ministro de Relaciones Exteriores de China, Qin Gang, destacó en su mensaje al cuerpo diplomático acreditado en este país que “en 2023, esperamos un mundo más pacífico y estable, libre de guerras y conflictos (…), un mundo más unido y cooperativo libre de fragmentación y confrontación”.

Por otra parte, en el Foro Económico Mundial de Davos escuchamos al viceprimer ministro de China, Liu He, hacer un llamado a la cooperación internacional en el ámbito económico, asegurando la apertura de la economía china. Fue una voz fuerte “contra el unilateralismo y el proteccionismo”, y contrastante con voces de políticos de Europa y EU sobre la regionalización para garantizar la proveeduría segura en sectores estratégicos.

Las previsiones de crecimiento para este año en torno a 4.4-5 por ciento, le dan a China un argumento para regresar al escenario global con una pisada más fuerte que en 2022, que cerró con 3 por ciento. También hay que reconocer que China es un socio comercial crucial para las economías de América del Sur y para muchos países africanos. 

Hasta en la Unión Europea, cuyo comercio con China equivale a 700 mil millones de euros, se insiste más bien en la necesidad de eliminar riesgos (derisking) de las relaciones económicas con el socio chino que de desacoplarlas (decoupling) totalmente, como lo resaltó la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en Davos.

China necesita al mundo abierto para crecer. Ahora bien, ¿será suficiente su nueva retórica para convencer a todos? Probablemente no, aunque el mensaje menos beligerante facilita el diálogo. Por lo pronto, el secretario de Estado, Antony Blinken, estará en China a comienzos de febrero. 

También se especula sobre la visita del presidente de Francia, e incluso de la cumbre con la Unión Europa. En este marco un tanto optimista, el punto más débil para el desarrollo de las relaciones de China con Europa sigue siendo Rusia. Aunque de momento son sólo chismes, una visita de Xi Jinping a Rusia, respondiendo a la invitación extendida por Putin a finales del año pasado, podría poner en cuestionamiento todas las sonrisas que China ha regalado hasta ahora al mundo.

POR BEATA WOJNA
PROFESORA DE RELACIONES INTERNACIONALES TECNOLÓGICO DE MONTERREY
@BEATAWOJNA

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