El documental de mi Claudia me resultó, más allá de entrañable y lleno de talento, inspirador. “Voilá. Tengo que hacer un video autobiográfico para la candidatura en 2030”, me dije, y vámonos: a buscar, en la nutrida cantidad de contactos que su doctor atesora en el teléfono, el de un profesional de la realización.
Obvio, mi primera opción fue Epi. Imposible. Más allá de que tiene la agenda a tope con tanta memoria visual de este sexenio inmejorable (espero que ese golpe en la rabadilla cuando lo del AIFA haya sanado del todo, compañero) y de que estará quemándose las pestañas para ver cómo le regresa el dinero de los préstamos al pueblo bueno, debo decir que entre el doctor y el Epi hay un relación tensa que, de veras, lamento.
Tengo la impresión de que mis referencias a sus capacidades como combatiente no han sido recibidas con la admiración que las determina. Como si me estuviera burlando de él. La cosa es que, descartado el Lenni Riefenstahl de la 4T, me puse en contacto con un talentosísimo productor cuyo nombre, a petición expresa del interesado, mantendré en secreto. Les cuento cómo fue la cosa. Adelanto que su doctor está en un terrible estancamiento creativo.
–Necesito videos tuyos tocando un requinto jarocho, o una jarana, o una zampoña, o algo muy latinoamericano –le dijo el genio creativo a su doctor–.
–Chale, te la debo, mi M. Le estuve buscando y lo único que tengo es unas diapositivas de cuando salí bailando el “Jarabe tapatío” en el festival de quinto de primaria.
(En la caja donde estaba el paquete de diapositivas, el doctor encontró un video donde un conocido ex editor baila una sardana, cosa normal en las escuelas de exiliados españoles. A riesgo de hipotecar sus cariños catalanes, el doctor tiene que decir que confirmó que la sardana es espeluznante.)
–Tampoco nos conviene que la oposición hable de esa licenciatura trunca en Filosofía, así que lo académico mejor lo descartamos también. Igual concentrémonos en el presente. ¿Tienes guayaberas o camisas bordadas? Lucen mucho.
–Pues una como guayabera pero de Adolfo Domínguez. O le puedo pedir algo a Noroña. Creo que es de mi talla, y no tengo broncas con el olor a humedad.
–Eso está bien. Aparte, ahorita las manchas de birria funcionan muy bien, gracias al presidente. Pero tiene que ser algo más orgánico. Hay que cambiar la narrativa. ¿Tienes algo de participación en movimientos sociales?
–Híjole, es que mi conversión a la causa es reciente. ¿Te sirve una selfie con Mario Delgado? Nos la hicimos antes de la 4T, pero no ha cambiado nada. Seguro que le podemos poner digitalmente el chaleco de Morena.
–¿Y si le damos una pensada y retomamos en unos quince días? Yo te busco –remató, lapidario, M.
Les digo: el doctor Patán está en un bache. Solicito su ayuda. Es urgente.
POR JULIO PATÁN
COLABORADOR
@JULIOPATAN09
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