Columna invitada

2023: ocaso y radicalización

El gobierno transitará 2023 como una bestia enorme y poderosa, pero achacosa y amenazada

2023: ocaso y radicalización
Guillermo Lerdo de Tejada / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

El gobierno transitará 2023 como una bestia enorme y poderosa, pero achacosa y amenazada; que enfrenta su ocaso lastimada y, por ello, probablemente se hará cada vez más agresiva.

En su quinto año, las tres grandes obras del presidente no terminarán de consolidarse (y quizá no lo hagan en el resto del sexenio): la refinería, el aeropuerto y el tren. En los tres temas que más preocupan a la ciudadanía, seguridad, economía y salud, los resultados son devastadores.

Las clases medias y otros sectores rechazan cada vez más al gobierno; sus precandidatos carecen de arrastre popular. Incluso los manotazos en la mesa empiezan a perder fuerza; así, pese a la operación de Estado, el año inició con la derrota del oficialismo en su intento de cooptar la presidencia de la Suprema Corte y del Tribunal Federal de Justicia Administrativa.

En ese contexto, de una presidencia fuerte pero menguante, este 2023 ocurrirán tres eventos trascendentales. Los comicios en el Estado de México y Coahuila: quien gane controlará enormes recursos económicos, humanos y políticos. La elección de cuatro nuevos consejeros del INE, que podrían ser definitorios para mantener o cancelar la independencia del árbitro electoral. Finalmente, el arranque formal de la sucesión a la presidencia.

Por supuesto, todo mandatario aspira a que su grupo conserve el poder: eso no es ni ilegal ni ilegítimo. El problema es que no estamos en normalidad democrática. En democracia, los políticos, partidos y movimientos pierden y ganen elecciones, pasan del gobierno a la oposición. El lopezobradorismo no va por esa ruta. Sin resultados, frustrado porque su legado histórico será el fracaso, y con el temor de enfrentar consecuencias legales por sus acciones y omisiones si pierden las elecciones, su única salida será radicalizarse.

Todo lo que hemos visto durante los últimos cuatro años será peor este 2023: ataques a la prensa; uso ilegal de las fiscalías para intimidar opositores y fabricar culpables; espionaje político; desvío de recursos públicos para comprar votos; violaciones a la ley para promover a sus candidatos. La bestia, arrinconada, no va a moderarse: va a embrutecerse.

En ese sentido, la mejor esperanza para México este año no son sus políticos opositores, sino su ciudadanía: esa que, en conjunto, en 2021 le quitó la mayoría en el Congreso al oficialismo y en 2022 salió a las calles y obligó a la clase política a defender al INE. Esos individuos valientes, como Guillermo Sheridan, que exhibieron la corrupción de la ministra Esquivel, y en gran medida impidieron su imposición espuria en la Corte.

El actual gobierno está sostenido con tres alfileres: la propaganda con la que quieren desmoralizarnos; los programas sociales con que perversamente quiere comprar a los pobres, y el uso de la fuerza para intimidar. Este 2023 la bestia estará colérica, pero no es invencible: su furia está en proporción a su miedo. Si una lección dejo 2022 es que ningún político va a salvarnos: somos los ciudadanos los que debemos crear las condiciones para que surja una alternativa. Por eso nos toca hacer al menos cuatro cosas: informarnos, exigirle a la oposición permanentemente, votar y convencer a todas las personas que podamos para resistir. 

POR GUILLERMO LERDO DE TEJADA SERVITJE

COLABORADOR

@GUILLERMOLERDO

MAAZ

 

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