APUNTES DE GUERRA

Justicia a la americana

No sorprende demasiado que un hombre muera a manos de la policía estadounidense: tan sólo el año pasado casi mil 200 personas fallecieron así

OPINIÓN

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Gabriel Guerra / Apuntes de Guerra / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Si usted es amante de las series policiacas, o si está siguiendo con atención el proceso de Genaro García Luna (o el de Donald Trump), sabrá que el sistema de justicia estadounidense es muy particular, por decirlo amablemente.

Si bien estamos familiarizados con la terminología y los conceptos generales, lo cierto es que, de hecho, las cosas son muy diferentes, tanto en la parte judicial como en la policiaca, que es en donde generalmente los Estados (o al menos los sistemas políticos) muestran verdaderamente de lo que están hechos.

El concepto (que no la serie televisiva) de la ley y el orden vive un poco de su fama, que no siempre se corresponde con la realidad: un modelo basado en una seria de principios teóricos que no siempre encuentran sustento en el mundo fáctico y la práctica. Y para quien lo dude, sobran botones de muestra, lo mismo de abusos policiacos que de errores de procedimiento en la parte judicial.

El escándalo más reciente es el de Tyre Nichols, un hombre de 29 años, que murió a consecuencia de la golpiza que le propinaron cinco policías tras detenerlo por un incidente de tránsito.

No sorprende demasiado que un hombre muera a manos de la policía estadounidense: tan sólo el año pasado casi mil 200 personas fallecieron así.

Tampoco sorprende demasiado saber que Nichols era negro, porque un número desproporcionado de las víctimas de violencia o brutalidad policiaca en Estados Unidos son afroamericanos, o hispanos o indígenas.

Llama la atención, eso sí, que los oficiales involucrados en la muerte de Nichols hayan sido denunciados y procesados rápidamente, que la misma policía de Memphis haya hecho públicos los videos —escalofriantes— de la golpiza: Menos de 2 por ciento de los agentes policiacos involucrados en la muerte de un detenido han debido enfrentar cargos por ellos.

Y probablemente lo que más llama la atención es que los cinco policías que ocasionaron la muerte de Nichols son, cómo él, negros, lo cual obliga a preguntarse si los niveles de racismo en la violencia policiaca ya trascienden la etnicidad de los propios agentes y se ha vuelto un fenómeno institucionalizado, estructural.

Sea como fuere, las cifras son implacables: los departamentos de policía en Estados Unidos actúan con casi absoluta impunidad, sin siquiera llevar registros confiables y literalmente matan a detenidos a la menor (o incluso sin) provocación.

Ese es el sistema que algunos anhelan para sí. Esto es relevante para nosotros porque, además de que muchos de nuestros paisanos son víctimas de un modelo de seguridad pública, notoriamente injusto ante la crisis de seguridad y procuración de justicia, estamos urgidos de alternativas, y el modelo más cercano es el que muchos voltean a ver. Evidentemente, en este caso, no todo lo que brilla es oro.

POR GABRIEL GUERRA
COLABORADOR
GGUERRA@GCYA.NET
@GABRIELGUERRAC

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